Episodio 73. Trabajo de fuerza para dummies. ¿Qué ejercicios, pesos, volumen, frecuencia usar?
Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/
Nos lo han dicho hasta la saciedad: “si corres, debes
trabajar la fuerza”. Ese trabajo, nos lo han dicho también por activa y por
pasiva, sirve (1) para prevenir lesiones, (2) para mejorar economía de carrera
y (3), tanto por poder entrenar más consistentemente, gracias a estar libres de
lesión, como porque la fatiga llega más tarde, gracias a esa mayor economía de
carrera, el trabajo de fuerza nos da también un mejor rendimiento. Con esos
argumentos, la verdad es que es difícil no quedar convencidos de lo bueno que
es el susodicho trabajo de fuerza y de que nos conviene incorporarlo de una
santa vez. Bien, ya lo tenemos claro, estamos determinados, vamos a empezar a
trabajar la fuerza. Por fin, nos vamos a meter en el gym, o montarnos uno
sencillito en casa, y vamos a empezar a mover hierros. Entonces… surge la gran
pregunta: ¿por dónde demonios empezar? O, mejor dicho, surge una tonelada de
preguntas, como ¿cuándo entrenar?, ¿los días que salgo a correr o en días
separados? Y, si es en el mismo día, ¿las pesas antes o después de correr?
¿Cuántos días a la semana? Y, cuando estoy ya frente a los hierros, ¿qué
ejercicios hacer? ¿Pesos libres o máquinas? ¿Cuánto peso mover?, ¿cuántas
repeticiones?, ¿cuántas series?, ¿cuánto tiempo de descanso? Si has considerado
hacer trabajo de fuerza, estoy seguro de que has enfrentado estas dudas. Y, lo
peor, has acudido a una docena de podcasts, hablando sobre el tema, y (perdón a
los otros compañeros y compañeras podcasters, a quienes sigo y aprecio)
¡ninguno de esos episodios te ha resuelto estas dudas tan fundamentales y tan
concretas! Todo son generalidades…
Me he tenido que poner manos a la obra, a bucear en otras
fuentes, para obtener información clara y contrastada al respecto (aparte de
cierta experimentación en primera persona, por supuesto). Tras ese proceso de
documentación, por un lado, y de experimentación en casa con un puñado de
barras y discos, por el otro, he obtenido información -creo- suficiente para
resolver tres cuestiones principales. Primera cuestión: ¿por qué entrenar la fuerza? Para contestar, nos
apoyaremos en la revisión de estudios de 2016 “Effects of Strength Training on
Running Economy”, la revisión de estudios de 2018 “Effects of Strength Training
on the Physiological Determinants of Middle- and Long-Distance Running”, otra
más de 2018 titulada “Strength training as superior, dose-dependent and safe
prevention of acute and overuse sports injuries” y el estudio de 2017 “Heavy
strength training improves running and cycling performance”. Segunda
cuestión: ¿cuándo entrenar la fuerza? Para contestarla, nos apoyaremos en la
revisión de estudios de 2021 “No Time to Lift? Designing Time‑Efficient Training Programs for
Strength and Hypertrophy”. Tercera y más interesante cuestión: ¿cómo
exactamente trabajar la fuerza? Para contestarla, además de a todas las
publicaciones científicas ya citadas, acudiremos al trabajo de Michele Zanini,
preparador físico de la federación italiana de triatlón; trabajo que expuso en
el muy recomendable podcast “That Triathlon Show”, del coach Mikael Eriksson.
(Por cierto, nunca lo he dicho en el podcast, pero el guion
de todos los episodios está disponible en “3ws . correrporsenderospodcast .
blogspot . com”; por si quieres consultar los contenidos más detenidamente,
leyendo a tu ritmo.)
Hechas las menciones de rigor, sin más dilación, vamos al
turrón.
Escúchalo en iVoox: https://go.ivoox.com/sq/1589660
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¿POR QUÉ DEBO HACER TRABAJO DE FUERZA?
Lo he adelantado en la intro. El trabajo de fuerza mejora
(1) la economía de carrera, es decir, estando más fuertes, podremos llevar una
intensidad equis con menos esfuerzo, porque esa intensidad supondrá una
fracción menor de la capacidad total de trabajo del músculo. Y (2) el trabajo
de fuerza previene lesiones por sobreuso, porque una musculatura fuerte hace
que los impactos del correr se repartan mejor entre diferentes estructuras,
evitando que ninguna se sobrecargue; y, aparte, si hiciéramos un mal gesto, una
musculatura fuerte tendrá más capacidad para absorberlo y evitar así lesiones
traumáticas. Estos dos beneficios tienen una derivada: si podemos entrenar más,
porque no caemos en lesiones, y si podemos correr más fácil a ciertos ritmos,
podremos aguantar más las intensidades de carrera, por lo que vamos a rendir
mejor.
Este razonamiento no sólo tiene sentido, la evidencia lo
respalda. En un estudio de 2017, cuyo título ya cité en la introducción, 19
mujeres duatletas siguieron un régimen de entrenamiento durante 11 semanas.
Unas hicieron su entrenamiento normal de resistencia. Otras, además de eso,
incorporaron trabajo de fuerza. Este trabajo consistió en dos sesiones
semanales, donde hacían tres series (con cargas altas y bajas repeticiones) de
ejercicios de cuerpo inferior, como sentadillas y prensa de piernas. Terminado
el bloque de 11 semanas vino el test, que fue doble. Por un lado, pedalearon 3h
al 44% de su potencia máxima, para después hacer 5’ a tope. Por otro lado,
corrieron durante 1h y media al 66% de su VAM, para después hacer 5’ a tope.
Las que hicieron el trabajo de fuerza mejoraron en esos 5’ all-out, tanto en
bici como en running, respecto de los valores que alcanzaron en el pre-test,
previo al experimento. Las que hicieron sólo su entrenamiento normal de endurance
no mostraron ninguna mejoría.
Y no es un estudio aislado. Una de las revisiones de
estudios, que mencioné en la intro, analizó 26 experimentos que examinaron el
efecto del trabajo de fuerza en un Time Trial, es decir, tu tiempo en una
distancia determinada, como puede ser un 10K. Se vio que el trabajo de fuerza
mejoró el rendimiento en Time Trial entre un 2 y un 5%. Hubo más mejoría cuanto
mayor fue la distancia del test.
Respecto a los beneficios del entrenamiento de fuerza en
economía de carrera y lesiones, cabe acudir a las revisiones de estudios antes
citadas. En la referida a economía de carrera, se consideraron cinco estudios,
donde habían participado 93 atletas de nivel (esto quiere decir vo2max de más
de 70 y en torno a 30’ en 10K). Todos ellos siguieron programas de fuerza de al
menos cuatro semanas, donde hacían pesas con cargas altas y pocas repeticiones,
pliometría (o séase, saltos) y/o sprints cortos, dos-tres veces por semana.
Todos mejoraron su economía de carrera, gracias al programa de fuerza, pese a
ser ya deportistas muy entrenados y de alto nivel. En la revisión de estudios
sobre la capacidad del trabajo de fuerza para prevenir lesiones se consideraron
seis estudios de intervención. En ellos se comparaban grupos de deportistas que
hacían y que no hacían trabajo de fuerza. En concreto, se les hacía un
seguimiento de meses, para ver cuántos de uno y otro grupo desarrollaban
lesión. La probabilidad de sufrir lesiones fue varios puntos porcentuales menor
entre quienes sí hacían fuerza, respecto de quienes no, y eso que hablamos de
deportes bastante lesivos, como fútbol (donde conocen muy bien el significado
de las siglas LCA: ligamento cruzado anterior).
¿CUÁNDO DEBO HACER EL TRABAJO DE FUERZA?
En realidad, esta pregunta es doble. Son dos preguntas en
una, porque interesa saber, por un lado, cuántas veces a la semana debo hacer
trabajo de fuerza y, por otro lado, suponiendo que en un mismo día voy a correr
y a hacer trabajo de fuerza, interesa saber cuál de los dos trabajos conviene
hacer antes.
Gracias a la excelente revisión de estudios de 2021, antes
mencionada, esa cuyo atrayente título comienza por “No time to lift?”, la
respuesta a la cuestión sobre frecuencia semanal es muy simple: vale todo. Es
decir, vale hacer los dos-tres días que suelen prescribirse por defecto, pero
vale también una sola sesión larga o incluso varias micro-sesiones de 15’,
donde puedas encajarlas. Lo que se ve en esa revisión es que la clave es el
trabajo acumulado a lo largo de la semana, el número total de series y las
repeticiones y pesos que has movido, no cómo se distribuye ese trabajo. Si para
acumular cuatro series por grupo muscular, cantidad que consideran mínima
efectiva, necesitas una sesión, pues vale. No hay nada mágico en esos
preceptivos dos-tres días semana. De hecho, en los estudios incluidos en las
revisiones, se puede ver que había programas de 2-3 sesiones/ semana, donde
hacían 2-3 series de cada ejercicio, y programas de 1 sesión/ semana, donde se
hacían 4 series.
Respecto a si vamos a hacer doble sesión de fuerza y carrera
en el día, y queremos saber dónde colocar cada tipo de trabajo, aquí hay que
acudir a la fisiología. Es cierto que la lógica dice que, has de ubicar
primero, el área que quieras desarrollar más, porque lo harás estando más descansado
y, por tanto, podrás exprimirte más. De hecho, así es como suele prescribirse
la secuenciación de estos dos tipos de trabajo. Pero, si tenemos en cuenta la
fisiología, hay que considerar que la fuerza genera una respuesta anabólica y
la carrera, una catabólica. En términos más técnicos, al correr se activa la
vía AMPK, que, como sabemos por episodios anteriores (como el 49 sobre ayuno),
estimula (a) la utilización de sustratos para la producción de energía, (b) la
autofagia, también para la producción energética, y (c) la reconstrucción de la
maquinaria mitocondrial, lo que se traduce en génesis mitocondrial, de vasos
sanguíneos y de enzimas oxidativas. Correr, en una palabra, tiene que ver con
el modo “gastar”, el modo “producir energía”. AMPK se activaría a las 2-3h post
carrera e iría regresando poco a poco hasta nivel basal a las 24h. El trabajo
de fuerza, por su parte, activa la vía opuesta: la mTOR. A la hora–2h de haber
levantado hierros, la MTOR y la consiguiente resíntesis proteica, encargada de
reparar y regenerar el músculo, se ve incrementada; y sus niveles permanecen
elevados hasta 48h después del ejercicio de fuerza. Trabajar fuerza, en una
palabra, activa el modo “construir músculo”. Según esta otra lógica, si haces
fuerza a primera hora del día y, al mediodía o a la tarde, te vas a correr,
estás interfiriendo en esa respuesta anabólica que va a estar elevada por 48h.
O sea, estarás tirando el trabajo del gym prácticamente a la basura. Si lo
haces al revés, en cambio, no hay tanta interferencia. El pico de activación de
PGC1-alfa, el regulador encargado de esa potenciación mitocondrial tras el
ejercicio de endurance, parece darse en torno a las 8h post-actividad. Si, por
ejemplo, sales a correr a las 8 am, podrías ir al gym al final de la jornada, a
las 6 o 7 de la tarde sin interferir en la respuesta de -llamémosla-
potenciación mitocondrial. Convendría dejar el día siguiente como día “off” o
de actividad muy ligerita, para no interferir en esa respuesta anabólica, que
va a estar por las nubes por 48h.
¿CÓMO DEBO HACER EL TRABAJO DE FUERZA?
Me figuro que lo anterior ya lo sabíamos, que el trabajo de
fuerza tiene muchos beneficios para quienes practicamos running. Eso es lo que,
seguramente, te ha atraído hacia este episodio de podcast. La pregunta de
verdad, la que interesa realmente, la chicha, es ¿cómo he de hacer ese trabajo
de fuerza? ¿Valen los circuitos que me ponen en el gimnasio del barrio? ¿Ésos
en los que vamos pasando de maquinita en maquinita, con pesos irrisorios, con
los que no siento nada de nada? Bueno, sí siento dos cosas: me veo ridículo, al
lado de esos mazados del gym, que podrían cargar con dos personas como yo sobre
los hombros, y siento que estoy perdiendo el tiempo. Está claro que esos
circuitillos, también llamados de “tonificación”, no sirven. Tampoco sirve el
“body pump”, el “aqua aerobic”, el “spinning”, el “pilates” y mucho menos la
“zumba”. Hay que mover hierros. Pero ¿cómo? Enseguida, voy a hablar de
ejercicios, de pesos, series, repeticiones, descansos y velocidad de ejecución.
Venga pues: ¡a la chicha!
Ejercicios
Sin rodeos: sentadilla (como ejercicio dominante de rodilla,
que entonces tira más de cuádriceps) y peso muerto (como ejercicio dominante de
cadera, que tira más de isquios y glúteos). Punto. Dicho lo cual, explico mi
propuesta. Para empezar, queremos fuerza para correr y corremos con el cuerpo
inferior. Por tanto, no hay necesidad de trabajar el cuerpo superior con
dominadas, press de banca y press militar. Puedes trabajar esos ejercicios, si
buscas fuerza general. Para correr, son innecesarios. Por su parte, el famoso
“core” también es capital en el correr, pues permite que no nos doblemos; pero,
no requiere trabajo específico, porque se activa (y mucho) en sentadillas y
pesos muertos con cargas altas. Y ¿el hip-thrust? ¿El ejercicio de glúteo por
excelencia? Pues podría tener su lugar, aunque (1) creo que las sentadillas y
pesos muertos lo reclutan de forma relevante también (especialmente este
último) y (2), sobre todo, me resulta un ejercicio aparatoso, cosa que no me
ocurre con sentadilla y peso muerto. Es mi experiencia particular, que conste.
Así pues, ya tenemos identificados los ejercicios a realizar: sentadilla y peso
muerto; es un buen primer paso.
Respecto a las variantes de estos ejercicios, expongo mis
preferencias también. En primer lugar, yo optaría por sentadilla y peso muerto
con pesos libres y no en máquina. ¿Por qué? Pues porque con peso libre es como
trabaja la musculatura estabilizadora, el “core” que ya hemos mencionado. En
segundo lugar, y aunque luego voy a matizar esto, yo optaría por sentadilla y
peso muerto bilaterales o bipodales, es decir, con las dos piernas, y con
barra, porque de este modo podemos cargar más peso. Por último, en cuanto a los
tipos de sentadilla, como la trasera y la frontal, y los tipos de peso muerto,
como normal y rumano, apuesto por la sentadilla trasera y el peso muerto
convencional. ¿Por qué? La sentadilla trasera permite cargar más peso que la
frontal y el peso muerto convencional, lo mismo respecto del rumano. Cuando
hable de pesos, sí contemplaré dos tipos de sentadilla distintos de la
convencional: la búlgara y las zancadas. Hablemos de pesos, pues.
Pesos
¿Cuánto peso debo mover? Cuestión interesante… De momento,
puedo decir que mucho: vamos a mover cargas elevadas con pocas repeticiones.
¿Por qué? Porque correr ya es mover cargas ligeras con muchas repeticiones,
¿qué sentido tiene replicar eso en el gimnasio? Si vamos al gimnasio para hacer
sentadillas con 10kg a la espalda y 30 repeticiones, mejor nos vamos a correr.
Un planteamiento así no va a estimular las fibras musculares ni el sistema
nervioso; si acaso podrían tener una demanda cardiovascular, pero, de nuevo,
eso no es lo que queremos trabajar en el gimnasio.
Bien, cargas elevadas. Pero ¿a cuántos kilos exactamente nos
estamos refiriendo? En el trabajo de fuerza, igual que en el de resistencia
tenemos las zonas de entrenamiento, la intensidad de la carga se mide con
porcentajes del 1RM: el “one repetition max”. Así, el 1RM es el máximo peso que
podrías levantar una vez en el ejercicio equis. Si en sentadilla logras
levantar, haciendo un esfuerzo máximo, 100kg, tu 1RM en sentadilla es 100kg.
Identificado ese valor, podemos diseñar entrenamientos de más o menos
intensidad, según el porcentaje del 1RM que vamos a mover. Es lo mismo que,
sabiendo mi frecuencia cardíaca máxima, yo puedo hacer rodajes suaves, al 60%
de mi FCmax o series fuertecitas, al 90% de mi FCmax. En el caso de las pesas,
una serie de sentadilla con el 60% de mi 1RM (60kg, siguiendo con el ejemplo
anterior) será de intensidad moderada; la misma serie al 90% del 1RM (90kg,
siguiendo con el ejemplo), será de intensidad elevada.
Bien, y ¿cómo se calcula el 1RM? Hay dos formas, directa e
indirecta, pero las dos bastante problemáticas. Hay una tercera vía, que es
según la velocidad de ejecución, pero también nos requiere disponer de ciertas
herramientas. El cálculo directo del 1RM es tan sencillo como ir metiendo más y
más discos en la barra y haciendo series de máximas repeticiones, hasta que
encuentres un peso que sólo logras levantar una vez. Esto es sencillo, pero
está plagado de problemas. Uno muy obvio es el riesgo de lesión; otro, es que
la fatiga se irá acumulando de serie en serie, interfiriendo con la posibilidad
de expresar nuestra fuerza bruta real. El cálculo indirecto se realiza
aplicando ciertas ecuaciones a los pesos que puedes mover, pongamos, 7, 10 ó 12
veces. Por ejemplo, si has podido levantar 45kg siete veces, las fórmulas de
Epley, Welday, Lander o Brzycki estimarían que tu 1RM en ese movimiento es
54kg. Este método de cálculo no está libre de los problemas que achacamos al
cálculo directo.
Propongo un cálculo orientativo más fácil. Seguramente sea
poco científico, pero de una vez por todas vamos a poder hablar de pesos
concretos. En los websites de entrenamiento de fuerza “strengthlevel.com” y
“strengthlog.com” los usuarios, chicos y chicas, registran sus mejores marcas
personales. Para entendernos, estos sitios son como el Strava del entrenamiento
de fuerza. La cosa es que “strengthlevel.com” tiene 17millones de usuarios y
“strengthlog.com”, 21mil. Mirando las marcas de esos millones de personas,
podemos saber que, según si eres principiante, iniciado o con experiencia,
deberías poder hacer 1RM con los siguientes pesos en los movimientos de
interés, sentadilla y peso muerto. Veámoslo.
Sentadilla en chicos: principiante mueve 0.75 veces su peso
corporal, iniciado mueve 1.25 veces su peso corporal, con experiencia mueve
1.50 veces su peso corporal. Peso muerto en chicos: principiante mueve 1 vez su
peso corporal, iniciado mueve 1.50 veces su peso corporal, con experiencia
mueve 2 veces su peso corporal. Supongamos que pesas 70kg. Esos valores se
corresponden con levantar 53, 88 o 105 kg en sentadilla, según tu nivel de
experiencia, y 70, 105 o 140 en peso muerto. Redondeando, asumiendo que no
tienes gran experiencia, con 70kg de peso corporal, tu 1RM debería rondar los
70kg en sentadilla y los 85kg en peso muerto. Redondeando, si pesas 60kg y no
tienes mucha experiencia, tu 1RM debería rondar los 60kg en sentadilla y los
75kg en peso muerto.
Veamos ahora chicas, y distinguiendo principiante, iniciada
y con experiencia, para sentadilla y para peso muerto. Sentadilla en chicas:
principiante mueve 0.5 veces su peso corporal, iniciada mueve 0.75 veces su
peso corporal, con experiencia mueve 1.25 veces su peso corporal. Peso muerto
en chicas: principiante mueve 0.5 veces su peso corporal, iniciada mueve 1 vez
su peso corporal, con experiencia mueve 1.25 veces su peso corporal. Supongamos
que pesas 55kg. Esos valores se corresponden con levantar 27, 41 o 69 kg en
sentadilla, según tu nivel de experiencia, y 27, 55 o 69 en peso muerto.
Redondeando, asumiendo que no tienes gran experiencia, con 55kg de peso
corporal, tu 1RM debería rondar los 35kg en sentadilla y los 40kg en peso
muerto. Redondeando, si pesas 60kg y no tienes mucha experiencia, tu 1RM
debería rondar los 38kg en sentadilla y los 45kg en peso muerto.
De acuerdo, pues sabiendo qué peso ha de rondar nuestro 1RM
en sentadilla y peso muerto, ahora cabe hablar de porcentajes de 1RM. En los
entrenamientos que he visto en los estudios con runners, suelen moverse entre
el 60 y el 75 u 85% del 1RM. En algún caso también se toca el 90%, pero ya con
muy muy bajas repeticiones (de 3 a 5). Para redondear, y aunque también habrá
que programar e ir progresando de intensidades más medias a otras más altas,
igual que hacemos con kilometraje y desnivel en el correr, nuestras sesiones de
fuerza las haremos con cargas entre el 60 y el 85% o, para resumir aún más, en
torno al 75% del 1RM. Traducido: si somos chicos de 60kg, pondríamos 45kg de
peso en la sentadilla y 55, en el peso muerto; si somos chicas de 55kg, 25 en
sentadilla, 30 en peso muerto. Es un cálculo muy grueso, sí, pero nos da una
idea.
Repeticiones y descansos
Enseguida vamos a especificar un poco más, pero, de entrada,
te digo que van a ser pocas repeticiones. Ya lo señalamos antes. El trabajo de
fuerza ha de ser trabajo de fuerza, no un simulacro de correr en el gimnasio.
Correr es levantar cargas ligeras por cientos o miles de repeticiones. Es
trabajo de resistencia. En el gimnasio, donde queremos trabajar la fuerza, tendremos
que levantar cargas elevadas y pocas repeticiones, reclutando el mayor número
posible de fibras y estresando poco o (mejor dicho) nada el sistema
cardiovascular. El trabajo de fuerza es un trabajo muscular y neuro-muscular.
Según zonas de FC, levantar pesas no nos va a sacar de Z1, el sistema
cardiorrespiratorio ni se va a enterar. Volvamos a la cuestión: ¿cuántas repes?
Para verlo en números concretos, si hacemos series con el
60% del 1RM, apuntaremos a entre 6 y 10 repeticiones. Y las haremos con la
máxima intención (es decir, queriendo conseguir la máxima velocidad de
ejecución posible) y dejando 2 o 3 repeticiones en reserva (es decir, que
queriendo exprimirnos, podríamos haber hecho 2-3 repeticiones más en esa
serie). Si estamos trabajando con el 80-85% del 1RM, apuntaremos a 4-6
repeticiones. También con la máxima intención y también dejando 2-3 repes en
recámara.
Para verlo más claramente aún, voy a hacer una dramatización
de cómo sonaría una serie al 90% del 1RM en sentadilla y peso muerto. Sentadilla:
me agacho… empujo!, me agacho… empujo!, me agacho… empujo! Peso muerto: tirón!
Bajamos… tirón! Bajamos… tirón! Bajamos… Finiquitado: 10 segundos. No hace
falta más.
Debemos pensar que, en términos de energía, éste es un
trabajo anaeróbico y aláctico. Aquí no interviene el metabolismo oxidativo, ni
siquiera el glucolítico. Esto es puro sistema de fosfágenos. Estos
levantamientos son más explosivos incluso que un sprint de 100m, que a partir
de la mitad del recorrido tiene que abastecerse de la glucólisis.
Precisamente porque hacer levantamientos con cargas altas,
pocas repeticiones y máxima intención es un esfuerzo basado en el sistema de
fosfágenos, debemos hacer descansos largos entre series. Y es que las reservas
de fosfocreatina requieren al menos 2 minutos y medio para recargarse. Por
consiguiente, tras esas series de 5-6 repes al 80% del 1RM o 6-10 repes al 60 y
que duran unos pocos segundos, descansaremos al menos 2 minutos y medio.
Gimnasio profesional vs casero
Antes dije que iba a hablar sobre ciertas variantes de la
sentadilla, la zancada y la sentadilla búlgara. Esto tiene que ver con dónde
vas a hacer tu trabajo con hierros, si en gimnasio de pago o si en tu casa, en
el hueco que puedas hacer en el trastero, garaje, terraza o dormitorio para
montar tu pequeño y sencillo gym. Si vas a gimnasio profesional, podrás
disponer de rack, esa estructura metálica donde se coloca la barra en alto,
para hacer sentadilla trasera. Gracias al rack, la barra ya está a la altura de
tu espalda; tú pasas por debajo, la enganchas en tu espalda y ya puedes hacer
la serie. Al acabar, vuelves a colgar la barra en el rack desde tu espalda. Si
te has montado el gym en casa y sólo has comprado barra y discos (porque el
rack vale un buen montón de billetes), tienes que levantar la barra, desde el
suelo y hasta tu espalda, para hacer sentadilla trasera. Para ello, has de
hacer una arrancada o clean, primero, y un jerk o un push press, después.
Llámame débil, pero yo ahora mismo puedo hacer eso con 40kg, no más. Carecer de
rack tiene el inconveniente de que no vas a poder hacer sentadillas muy
pesadas, a menos que tengas un “dos tiempos” muy pesado también, lo que
requiere mucha fuerza y dominar la técnica.
La alternativa, para seguir pudiendo hacer sentadillas
pesadas en casa, es recurrir a las variantes de sentadilla a una pierna. Éstas
son la zancada y la sentadilla búlgara. Podrías hacerlas con un par de
mancuernas o con la barra a la espalda. Como el ejercicio es a una sola pierna,
el peso necesario para crear estímulo es, aproximadamente, la mitad. Si
hablábamos de en torno a 45kg en sentadilla, para chicos que pesan 60, y 25kg,
para chicas que pesan 55, en zancadas y sentadilla búlgara moveríamos la mitad,
aproximadamente. Y esos nuevos pesos sí se pueden llevar a la espalda mediante
un “dos tiempos” o clean and jerk. También te puedes ahorrar ese dos tiempos
si, además de la barra, compras mancuernas.
Personalmente, lo que hago es alternar serie de peso muerto
con serie de zancadas, usando la misma barra. Pongo más discos en el peso
muerto, que luego tengo que quitar para la zancada; pero ese tiempo, poniendo y
quitando discos, es el tiempo de descanso entre series que necesitamos
(recordemos: un mínimo de dos minutos y medio).
Resumen
Llegados a este punto, ha de haber quedado claro que el
trabajo de fuerza para running se basa en: (1) ejercicios básicos
multiarticulares (sentadilla y peso muerto), (2) cargas elevadas (de entre el
60 y el 80% del 1RM), (3) pocas repeticiones (5-6, si trabajamos en torno al
80% del 1RM, 6-10, si lo hacemos en torno al 60), (4) máxima intención en cada
repetición, (5) dejando repeticiones en recámara y (6) dejando 2-3 minutos
entre series. En fin, son levantamientos muy intensos y muy cortos. Para
rematar esta mini-guía, hay que saber que basta acumular cuatro series por
ejercicio en una semana, series que puedes distribuir como quieras. Por último,
si haces sesión de fuerza y carrera en el día, quizás sea mejor poner la fuerza
a primera hora y la carrera a la tarde, para no crear interferencia en la
respuesta anabólica resultante de la sesión de fuerza.
Juntando todo cuanto hemos
visto hasta aquí, un entrenamiento de fuerza para runners podría quedar más o
menos de esta manera. Primero, haremos sólo una sesión semanal, que podría tomar
30-45 minutos en total, si incluimos calentamiento. Segundo, haremos cuatro
series de sentadilla y cuatro de peso muerto. Podemos intercalarlas y así damos
más descanso a las estructuras que tienen más o menos énfasis en cada uno
(cuádriceps, en sentadilla, glúteos e isquios, en peso muerto). Tercero,
haremos 5-8 repeticiones en torno al 75% de nuestro 1RM. Si somos chicos de
60kg, pondremos unos 45kg de peso en la sentadilla y unos 55, en el peso
muerto. Si somos chicas de 55kg, 25 en sentadilla, 30 en peso muerto. Cuarto,
haremos las repes con máxima intención y dejaremos amplios descansos entre
series de unos 3’. Quinto, si el gimnasio es casero y, por consiguiente, no
tenemos rack, sustituiremos la sentadilla por las zancadas o la sentadilla
búlgara; y, como éstas son a una pierna, bajaremos el peso proporcionalmente.
Programación
Hay un asunto que no hemos tocado: la programación. Como el
entrenamiento de la resistencia, el trabajo de fuerza ha de seguir el principio
de progresión y de especificidad. Tendremos que ir subiendo pesos, series y/o
repeticiones e introducir semanas de descarga, cuando hayamos acumulado tres o
cuatro de aumento progresivo de la carga. Aparte, cabría hacer un bloque
general, más orientado a la fuerza máxima, y otro específico, donde se
incidiría en la potencia; por ejemplo, a través de sentadilla con salto,
cargadas o clean o sprints con arrastre. No me voy a meter con esto de la
programación, porque ya es muy específico.
¿Y QUÉ HAY DE LAS CUESTAS?
Ahora que estábamos ya determinados a gastar unos pocos
euros en barra y discos y montarnos un sencillo, pero efectivo, gym en casa,
viene Héctor a hacernos recular y pensarlo dos veces. Y es que, es cierto,
subir cuestas te pone fuerte también. La cuestión es qué cuestas y cómo subirlas
y si su potencial beneficio es comparable al de levantar hierros. En el estudio
“Effects of Different Uphill Interval-Training Programs on Running Economy and
Performance” se vio que las cuestas son un recurso interesante. Runners con
buen nivel de entrenamiento siguieron un programa de seis semanas, que incluía
trabajo de cuestas. Según la condición experimental, hicieron series más largas
y en pendientes más tendidas o series más cortas y en pendientes más
pronunciadas. La condición más extrema, implicaba hacer sprints de 10 segundos
a tope, en rampas del 20%. Se vio que todos los programas mejoraban economía de
carrera, tiempo en 5K y medidas de fuerza (en concreto, CMJ y squat jump;
saltos, para entendernos). Se vio también que la condición extrema era la más
eficaz promoviendo mejoras en la fuerza. Entonces, ¿los sprints en rampa
sustituyen el trabajo moviendo hierros?
Atendiendo a la revisión de estudios de 2022 titulada “Heavy
Resistance Training Versus Plyometric Training for Improving Running Economy
and Running Time Trial Performance”, yo diría que no. En esta revisión se
comparan programas de entrenamiento en runners basados en levantar pesado con
otros basados en ejercicios de pliometría, como salto desde cajón o correr con
zancadas largas (que es como correr haciendo triple salto). Levantar pesado y
pliometría mejoraron economía de carrera y rendimiento, pero pliometría menos.
Según esto, pues, hacer sprints en rampa o trabajo de saltos ayudaría a ganar
fuerza muscular y respuesta neuro-muscular, para ganar, a su vez, en eficiencia
y rendimiento, pero, no tanto como el gimnasio. Aparte, esto no nos dice nada
sobre prevención de lesiones, que era otra de las ventajas del trabajo en el
gym...
CONCLUSIÓN
¿Cuántas veces lo habíamos escuchado?
“Hay que hacer trabajo de fuerza.” Y ¿cuántas veces nos habíamos preguntado
“vale, pero ¿cómo exactamente hay que hacerlo?”? Espero haber contribuido a
arrojar algo de luz en esta cuestión. Según (a) la literatura científica, (b)
lo que hacen atletas élite y (c) mis humildes experimentos en casa, lo que
parece más razonable es: primero, trabajar sentadilla y peso muerto con barra y
discos, segundo, hacerlo con cargas altas en torno al 75% del 1RM y pocas repes
en torno a 5-8, tercero, ejecutar con máxima intención, dejando repes en
reserva y descansando tres minutos, cuarto, acumular al menos cuatro series/
semana de cada ejercicio, quinto, si corres y haces fuerza en el mismo día,
correr a primera hora y hacer gym a la tarde.
Los sprints en rampa y/o el trabajo de pliometría
contribuirían a ganar fuerza, economía de carrera y rendimiento, tal como hace
el trabajo con hierros, pero en menor cantidad. Si aborreces por completo mover
hierros o te sientes totalmente incompetente en el gym, tal vez cabría, si no
sustituirlo, al menos compensar su ausencia con comba, escaleras y sprints en
rampa.
Bien, ya conoces los beneficios del trabajo de fuerza, los
ejercicios y cómo ejecutarlos y posibles alternativas si no dispones de rack o
si, directamente, no quieres tocar un hierro ni verlo en pintura. Ya no tienes
excusa. Ahora puedo decirte: “que la fuerza te acompañe”.
Corresendas, espero que hayas aprendido y disfrutado a
partes iguales. Si fue así, apoyas este podcast que no me da un céntimo y sí me
cuesta tiempo, esfuerzo y el pago del hosting, haciendo alguna de estas cosas.
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Stories.
Nos encontramos aquí en unos días, si no antes por el monte.
Hala, a pisar sendas (y, cuando hayas dejado las horas de descanso
correspondientes, a pisar el gym y a levantar hierros).
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