Episodio 81. Trabajo de series. ¿Qué es, por qué hacerlo y cómo hacerlo?
Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/
El título de este podcast es “correr por senderos”. Me
apuesto un riñón a que corres. Con más o menos frecuencia. Por ciudad, bosque,
acantilados, monte o alta montaña. Con más o menos gadgets encima; zapas último
modelo o las de oferta, de hace tres temporadas. Quizás te gusta apuntarte a
carreras o, simplemente, disfrutas de un trote de 40 minutos, al final de la
jornada para despejar la mente. La cosa es que corres, de eso estoy seguro.
Como decía, de otro modo me costaría entender por qué has recalado por este
canal, con un título tan explícito. En fin, vamos al tema de hoy, que mira que
me gusta irme por los cerros de Úbeda… Una cosa es correr, sin mayor pretensión
que distraer la mente, disfrutar de la naturaleza o de la compañía y/o mantener
la salud cardiorrespiratoria y metabólica. Y otra cosa es correr, intentando
mejorar, ya sea para poder batir tus marcas en la distancia o carrera equis, o
sea para poder afrontar con solvencia distancias o carreras cada vez más largas;
mejorar, en todo caso.
Bien, aclarado esto, ya podemos abordar la cuestión de hoy:
la alta intensidad (que comúnmente llamamos “hacer series”). El trabajo de
series o de alta intensidad te va a interesar si estás en la segunda categoría,
es decir, si corres con la intención de mejorar; si aspiras a hacer la carrera
equis más rápido o a completar carreras, cada vez, de más distancia. ¿Por qué?
Como entenderemos en este episodio, no porque la alta intensidad sea mágica,
pues no nos proporciona nada (o casi nada) que el alto volumen a baja
intensidad no pueda dar también; sino porque, como runners amateurs, que
conjugan el correr con tropecientas cosas más en su vida, no tenemos tiempo
para que esa famosa “zona 2” haga sus maravillosos efectos, en forma de mayor
volumen plasmático, mayor volumen sistólico, mayor coordinación intra- e
inter-muscular, mayor capilarización, mayor masa y función mitocondrial y bla
bla bla. Si queremos mejor función cardiorrespiratoria, neuromuscular y
metabólica tenemos dos vías: ese acumular horas y horas a baja intensidad, lo
que se traduce en entrenar 30h/semana (o, más concretado aún, ser profesional y
cruzar correr con bici o ski), o, la vía alternativa, meter una o dos sesiones
de alta intensidad/ semana. Vale, pues de eso vamos a hablar en este episodio,
de cómo hacer esa o esas sesiones semanales de alta intensidad y de cómo organizar
ese trabajo en la semana, en el bloque de entrenamiento y entre bloques. Vamos
a hablar de cómo estructurar los entrenos de series y de cómo distribuirlos en
la semana y la temporada.
Repasemos las fuentes documentales del episodio. Para saber
qué es la alta intensidad acudiremos, una vez más, al modelo de 5+2 zonas que
Hunter Allen y Andy Coggan exponen en “Training and Racing with a Powermeter”,
que ya sé que es un modelo para ciclismo y basado, además, en un indicador
mecánico (el FTP) y no en uno fisiológico, pero (1º) es el modelo que usa la
plataforma TrainingPeaks, que a su vez usa prácticamente todo ser humano en
este planeta, y (2º), aunque basadas en porcentajes del FTP, cada zona tiene
también una base fisiológica. Para saber por qué y cómo hacer el trabajo de
series o alta intensidad nos apoyaremos, principalmente, en el libro “Science
and Application of HIIT”, de Paul Laursen y Martin Buchheit, doctores en
ciencias del deporte, investigadores y entrenadores de deportes de resistencia,
Laursen, y deportes de equipo, Buchheit. También, echaremos un vistazo a
material sobre entrenamiento trail running y running, como son “Training
Essentials for Ultrarunning”, del reputado coach Jason Koop, o los planes para
maratón y media maratón de asfalto de Rodrigo Gavela y Miguel Rubio,
entrenadores nacionales de atletismo.
Hechas las menciones de rigor, sin
más dilación, vamos al turrón.
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¿QUÉ ES EL TRABAJO DE ALTA INTENSIDAD?
En pocas palabras, es el trabajo que hacemos “en” o “por
encima de” el segundo umbral, el umbral de lactato o, en inglés, “threshold”. Para
entender a qué se refiere esto, antes hay que entender los distintos niveles de
intensidad del ejercicio o, como los conocemos normalmente, las “zonas de
entrenamiento”. Lo cierto es que a eso ya le dedicamos un episodio específico,
el 77. Pero, para ahorrarte el trabajo de dejar este episodio aquí, tragarte el
77 de pé a pa y regresar a este mismo punto, hago una recapitulación de lo
esencial.
Al correr, pedalear, nadar, remar o esquiar, podemos hacerlo
con más o menos intensidad. Eso se refleja en el trabajo generado (más o menos
ritmo, más o menos vatios) y en el esfuerzo que tenemos que hacer para
generarlo. Un esfuerzo mayor, a su vez, se refleja en una frecuencia cardíaca
más alta, una frecuencia ventilatoria más alta y una percepción de esfuerzo
también más alta. En fin, más intensidad (más ritmo o más vatios) igual a mayor
frecuencia cardíaca y ventilatoria y a mayor esfuerzo percibido.
¿Cuántos niveles de intensidad cabe distinguir y en base a
qué criterio?
Según el nivel de intensidad, la contribución de los
diferentes sistemas energéticos o metabolismos, y sus fibras musculares
correspondientes, va a ser mayor o menor. Baja intensidad y moderada se basan
en nuestro motor diésel, que es el metabolismo oxidativo de las grasas, el cual
utilizan las fibras lentas o fibras tipo 1. A partir de la media intensidad, la
contribución del motor turbo, que es el metabolismo glucolítico de las fibras
rápidas tipo 2a, adquiere predominancia sobre el oxidativo. Este motor turbo
tiene una ventaja, y es que entrega mucha energía en poco tiempo, pero tiene la
desventaja de que su combustible, el glucógeno, es limitado, y de que su
combustión genera lactato. Ese lactato lo aprovecha el metabolismo oxidativo de
las fibras lentas, pero sólo si se produce a una tasa razonable. Si la capacidad
de reciclaje se sobrepasa, la acidez y la fatiga subsiguiente se disparan. Por
último, hay un tercer motor, que es como el motor de arranque de un coche, que
nos da un chispazo súper fuerte, pero súper corto. Es el sistema de fosfágenos.
Se alimenta de la fosfocreatina y el ATP libre del músculo y es aprovechado por
las fibras rápidas 2b.
Con eso, tenemos las 5+2 zonas de intensidad. Zonas 1 y 2
son más oxidativas, zonas 4 y 5 son más glucolíticas, zona 3 es mixta, a medio
camino entre éstas, y zonas 6 y 7 son alimentadas por la vía de fosfágenos. Más
concretamente, zona 1 es “Fácil”, zona paseo, que podríamos sostener
indefinidamente y es, más o menos, la marcha que ponemos al correr una ultra de
montaña. Zona 2 es “Resistencia”, que podríamos sostener unas 3h y, grosso
modo, donde correremos una maratón de montaña. Zona 3 es “Inter-umbrales”, que
podemos sostener entre 3 y 1h y, por tanto, donde correremos una media maratón
de montaña, aproximadamente. Zona 4 es “Umbral”, la intensidad que podemos
sostener en subidas largas, de 20’ a 1h, y, para entendernos, es donde corremos
un KV. Zona 5 es “Consumo máximo de O2”, intensidad que podemos sostener entre
5 y 7’ y que usamos en ataques, repechos y acelerón final a meta. Zona 6 es
“Velocidad” o “Sprint”, que podemos soportar en tramos de 100-200m. Zona 7 es
“Potencia neuromuscular”, que aplicamos en saltos, levantamientos y las
primeras zancadas de un sprint. Más adelante veremos cuándo y cómo tocar esas
zonas.
Aclarado eso, ya podemos decir que el trabajo alta
intensidad o de series lo vamos a hacer en zonas 4, 5 y 6, con diferentes
objetivos. ¿Cuáles? Lo explico en el siguiente apartado.
¿POR QUÉ CONVIENE HACER TRABAJO DE ALTA INTENSIDAD?
Lo anuncié en la intro: para mejorar tu condición física, esto
es, para tener una mejor condición aeróbica y, así, poder llevar intensidades
cada vez más altas por cada vez más tiempo. Pero hay, también, cuatro razones
adicionales: eficiencia, capacidad glucolítica, velocidad y toughness. Lo
explico.
Motivo #1. Condición aeróbica
Esto hace referencia a la capacidad para, mediante el uso de
oxígeno y sustratos, generar trabajo; en el caso del correr, para desplazarnos
más rápido y más lejos. Y esa capacidad se refleja en tres parámetros. Uno es
tu consumo máximo de O2 o vo2max, que solemos traducir como el “tamaño” o “cilindrada
de tu motor”. Técnicamente, es el volumen de O2 que puedes captar, transportar
y utilizar en las células para producir trabajo. Se mide en mL/ kg/ min. Los
mejores, en hombres, son de 85 y para arriba, 75 está muy muy bien, 60-65, es a
lo que aspirar con mucho entrenamiento y poca genética. En mujeres, esas tres
categorías (categoría “dios”, categoría “élite”, categoría “popular con años de
entrenamiento sostenido”), más o menos, son un 15% inferiores: 70, 65, 55mL,
respectivamente.
Otro parámetro relevante, para conocer tu condición aeróbica,
es la fracción sostenible de ese vo2max o -podemos traducirlo así- tu umbral de
lactato. Explicar esto correctamente, la verdad, es un rollo patatero; así que,
para entendernos, podemos asimilar el umbral de lactato a la intensidad que
cabe sostener por 30’ hasta 1h. Si estás en forma, es tu ritmo medio maratón de
asfalto; si no lo estás tanto, es tu ritmo 10K de asfalto. Lógicamente, cuanto
más alto es tu vo2max, más alto es tu umbral de lactato. Pero, a igualdad de
vo2max, con entrenamiento, puedes elevar este umbral. Esto interesa porque el
vo2max es más genético y menos entrenable que el umbral. Puedes haber nacido
con un vo2max de 75, pero si tu fracción sostenible está en un 70%, tu potencia
efectiva será de 53mL/kg/min. Si tienes un -entre comillas- “modesto” vo2max de
60 y tu umbral está al 95%, tu potencia efectiva será de 57mL/kg/min. Como ves,
menos motor, pero mejor aprovechado, rinde más, a fin de cuentas.
Por fin, otro parámetro, más, que refleja tu condición
aeróbica es el umbral aeróbico o primer umbral, que es la intensidad máxima que
puedes sostener con tu metabolismo oxidativo y sin contribución (o sin
contribución, apenas) del glucolítico. Interesa tener un umbral aeróbico
elevado, porque el metabolismo oxidativo, si bien es más perezoso que el
glucolítico (en el sentido de que tarda más en entregar la energía, porque debe
hacer más reacciones químicas para sacar ATP de la grasa), es mucho más barato
(en el sentido de que puede entregar esa energía durante horas sin generar
fatiga).
A su vez, vo2max, umbral de lactato y umbral aeróbico, dependen del desarrollo de varias estructuras. En el funcionamiento del vo2max y los umbrales participan el corazón, los pulmones, el sistema vascular, el sistema neuro-muscular y las mitocondrias de las células musculares. Un corazón más grande y fuerte, unos pulmones más eficientes, una musculatura inspiratoria más fuerte, mayor volumen plasmático y de hemoglobina y hematocrito, una señal nerviosa más eficiente, unos músculos mejor interconectados, más numerosas y más funcionales mitocondrias y más vasos sanguíneos y enzimas oxidativas ayudando en su función, tooodo esto son los fundamentos en que reposan nuestras capacidades aeróbicas. Y tooodo esto se desarrolla con el trabajo de series o de alta intensidad.
Motivo #2. Eficiencia
En realidad, para obtener todas esas adaptaciones al
entrenamiento, cabe emplear dos palancas: la vía extensiva y la vía intensiva.
La vía extensiva es hacer trabajo de baja intensidad, pero muy alto volumen; la
vía intensiva es hacer poco volumen, pero de alta intensidad. Si podemos
entrenar 4-5h/ día y por un total de 25-30h/ semana, con la vía extensiva vamos
bastante bien servidos. Es decir, podríamos ejercitarnos en zonas 1 y 2 todo el
tiempo, que luego podríamos completar ultras o volar en pruebas rápidas. (Cosa
que cabe observar, por ejemplo, en Manu Merillas: todo el día p’arriba y
p’abajo, en la montaña, de tranqui, sin apretarse, en compañía de Zar y con
unos buenos bocadillos de jamón o cecina, en el zurrón; y luego se presenta a
una carrera de 10K y 800+ y revienta el récord por 3’, como pasó en Trail
Afuega’l Pitu 2024.) Pero, claro, ni tú ni yo podemos pasar 5h al día p’arriba
y p’abajo en el monte. Es más, incluso esa gente que hace 30h/ semana, también
tendrá que meter alta intensidad en algún momento, porque el cuerpo tiende a la
eficiencia y, con el tiempo, incluso una sesión de 5h “le sabe a poco”. En fin,
la vía extensiva tiene sus limitaciones.
Es ahí donde entra la alta intensidad o, si prefieres
llamarlo así, las “series”. Las series permiten llevar al cuerpo al límite, sin
necesidad de ejercitarse 5h, para obligarle a desarrollar las adaptaciones a
las que ya hicimos referencia. En concreto, y sin querer profundizar mucho en
la señalización molecular que subyace a todo esto, lo que ocurre es que el
cuerpo responde a dos estímulos: la liberación de calcio en el retículo
sarcoplasmático de las unidades motoras, la acumulación de metabolitos, iones y
radicales libres. Whaaat? Lo explico rápidamente.
Para que ocurra la contracción muscular, hace falta que se
libere calcio en el citado retículo sarcoplasmático y, así, los filamentos de
actina y miosina se acorten; y esa liberación de calcio ocurre como respuesta a
la activación de las neuronas motoras, como respuesta, a su vez, a la orden
motora que manda el sistema nervioso. En fin, con cada zancada se va liberando
calcio y más calcio, según seguimos corriendo. Hay cierta proteína (de nombre
CaMK) sensible a esos niveles de calcio. Enseguida te cuento cómo responde CaMK
a dichos niveles.
Por otro lado, ocurre que, a intensidades altas, la
contribución de la vía glucolítica es más predominante, como ya hemos visto. La
vía glucolítica entrega energía rápidamente, pero a costa de acumular
metabolitos (lactato), iones de hidrógeno y radicales libres. Es como si quemas
los muebles, en medio del salón, para calentar la casa: tendrás calor, y mucho,
en el acto, pero pondrás todo perdido de humo y cenizas. Hay otra proteína (de
nombre AMPK) sensible a la acumulación de esos metabolitos, iones, radicales
libres, de esas “cenizas”.
Pues bien, las dos proteínas, la CaMK y la AMPK, responden a
esos niveles de calcio, en un caso, o de metabolitos, en el otro, con la
activación de un interruptor maestro, PGC-1alfa. Y ese interruptor activa los
genes implicados en la síntesis mitocondrial. Acabáramos: toda esta retahíla
era para decir que, con contracciones musculares repetidas o con contracciones
musculares de alta producción energética, creamos más y mejores mitocondrias; y
las mitocondrias son las centrales energéticas de la célula, son los motorcitos
detrás del metabolismo oxidativo y del reciclaje del lactato. Conseguimos
contracciones musculares repetidas, corriendo en zona 2 durante mucho tiempo, y
conseguimos contracciones musculares de alta producción energética, haciendo
series en zonas 4, 5 y 6.
Pero, como decíamos, ni muchos podemos acumular el tiempo
suficiente en zona 2, por cuestiones de agenda, ni quienes entrenan 25-30h/
semana pueden esquivar la tendencia del organismo al ahorro y la eficiencia.
Por ambas razones, hay que meter intensidad.
Motivo #3. Capacidad glucolítica
Hace un momento, hemos quedado en que la maquinaria aeróbica
se desarrolla tanto con alto volumen como con alta intensidad. Y hasta hemos
explicado las bases moleculares: el calcio, los metabolitos, las proteínas CaMK
y AMPK, PGC-1alfa y todo ese rollo. No obstante, la alta intensidad tiene
efectos exclusivos, que no se producen con el alto volumen en zona 2. Con la
alta intensidad, el trabajo de series que se hace tirando en gran medida del
metabolismo glucolítico, lógicamente, desarrollamos dicho metabolismo. O sea,
para desarrollar nuestro motor diésel (el metabolismo oxidativo) vale tanto el
volumen como la intensidad; pero, para desarrollar nuestro motor turbo (el
metabolismo glucolítico) hace falta la intensidad sí o sí.
Y eso interesa porque es ese motor turbo el que nos permite
hacer los ataques, las subidas y el acelerón a meta. Es decir, necesitamos un
motor diésel grande, con el que hacer la carrera a una buena velocidad de
crucero, pero necesitamos, además, ese turbo con el que afrontar momentos clave
a full gas. Si somos capaces de producir un gran flujo glucolítico, eso se va a
manifestar en forma de altos niveles de lactato. De hecho, la gente que hace
remo, donde las competiciones se saldan en cosa de 6’, son quienes alcanzan las
mayores producciones de lactato: que se acercan a los 20mmol/L tras un
esfuerzo. Si contamos con una buena masa mitocondrial, además, ese lactato
podrá reciclarse en las fibras lentas para producir más energía. En fin,
interesa tener un motor diésel grande, con el que llevar buena velocidad de
crucero, y tener un motor turbo grande también, con el que poder hacer
esfuerzos intensos cuando toque, como un repecho de 100m+ a 2K de meta. Y, para
desarrollar el turbo, hace falta poner a trabajar ese turbo, que es lo que
hacemos con las series en zonas 4 y 5.
Motivo #4. Velocidad
Acabamos de ver que a las mitocondrias les vale tanto alto
volumen como alta intensidad, pero que al motor turbo glucolítico hay que
ponerlo a trabajar específicamente, lo cual se logra en exclusiva con alta
intensidad. Lo mismo se puede decir de la velocidad. Con velocidad me refiero a
correr 100, 200 o 400m lisos en el menor tiempo posible; es decir, con
velocidad me refiero a hacer un sprint. Esprintar implica ciertos componentes
específicos, que también van a requerir trabajo específico. En fin, mejorar el
sprint requiere esprintar. ¿Por qué? Porque, en el sprint, van a intervenir la
vía de fosfágenos y las fibras tipo 2b y porque es un gesto algo distinto de
correr a intensidad moderada (la zancada es más larga, la cadencia es más alta,
el cuerpo superior trabaja más). Y hay que enseñarle al cuerpo a poner en
marcha todo eso, cosa que logramos con series de 100, de 200, de 400 en zona 6.
Motivo #5. Toughness
Sean series largas en zona 4, series cortas en zona 5 o series de 100-200-400 en zona 6, las series “duelen”. La sensación de ahogo o el sabor a sangre no son muy agradables, que digamos. Antes del entreno, saber que tienes 5 series de 5’ en zona 5 por delante, asusta. En cada serie, saber que llevas sólo la mitad y aún quedan 2’ por delante, asusta. Entre series, saber que sólo llevas tres y aún quedan dos más, asusta. Pero, por miedo que dé, completar un entreno así una vez, dos veces y hasta 50 veces por año, necesariamente te da fortaleza mental, lo que en inglés llaman “toughness”.
Resumen
En general, hay que hacer trabajo de series o de alta
intensidad para desarrollar nuestra condición aeróbica y porque la vía del
volumen es impracticable, para la mayoría, y, para quienes entrenan 25-30h/
semana, acaba siendo ineficaz. Aparte, hay que trabajar en zonas 4 y 5, con
alta implicación glucolítica, para desarrollar ese motor turbo. Y hay que
trabajar series de 100-200-400 en zona 6 para desarrollar el gesto de correr
rápido. Por último, sea en una zona u otra, con una duración u otra, las series
se sufren, pero se hacen, y así nuestra mente se fortalece, además del cuerpo,
cosa que será de vital importancia en carrera.
¿CÓMO HACER TRABAJO DE ALTA INTENSIDAD?
Todo lo anterior ya lo sabíamos o, por lo menos, sabíamos la
conclusión que se deduce de ello: que hay que hacer trabajo de series o de alta
intensidad, por las adaptaciones que nos aporta. Vale, ahora el meollo, “the
meat and potatoes”: ¿cómo se hace el dichoso trabajo de series? Vamos a hablar
de cómo son los workouts o sesiones de cada tipo de series, de cómo saber si
estamos llevando la intensidad que toca en cada caso, de cómo encajar estas
sesiones en el micro-ciclo o semana de entrenamiento y de cómo se organizan en
el meso-ciclo o bloque de entrenamiento y entre meso-ciclos.
Sesiones prototipo
Cabe distinguir distintos tipos de sesiones, según el tipo
de series o intervalos que hagamos. Y cabe distinguir diferentes tipos de
series, según la zona de intensidad donde vamos a trabajar, que a su vez se
basa en sistemas fisiológicos específicos. Con esto en mente, podemos
distinguir tres tipos de series o intervalos y, por tanto, tres tipos de
sesiones: entrenos de series de umbral (que corresponde a zona 4), entrenos de
series de consumo máximo de O2 (que corresponde a zona 5), entrenos de series
de velocidad (que corresponde a zona 6).
Un último punto a tener en cuenta es que, para trail
running, exceptuando las series de velocidad, las series se hacen en subida.
Por varias razones. Una, fundamental, es que es el terreno específico que nos
vamos a encontrar en carrera. Otra más es que implican mayor reclutamiento de
fibras musculares y mayor despliegue de potencia, por lo que (salvo que la
cuesta sea mega-empinada) requieren un mayor consumo de O2 y, por tanto,
producen un estímulo mayor para el sistema aeróbico. Una última razón para
emplear las cuestas es que tienen menor riesgo de lesión. Por cierto, estas
tres razones son las que esgrime Koop en “Training Essentials for Ultrarunning”
para prescribir series en cuesta.
Ya podemos describir las sesiones de intensidad
prototípicas.
Entreno de series de umbral o intervalos en zona 4. Tanto en
ciclismo de carretera como en trail running, entrenos típicos en zona 4 son 2x
20’ o 3x 12’ con 5-6 minutos de recuperación entre intervalos. En el atletismo
de ruta, esto es, la maratón y la media maratón de asfalto, aquí estarían los
entrenos tipo 3x 3000 o 4x 2000 con 3 minutos de recuperación entre series.
Entreno de series de consumo máximo de O2 o intervalos en
zona 5. Tanto en ciclismo de carretera como en trail running, entrenos típicos
en zona 5 son 5x 5’ o 6x 4’ con 4-5 minutos de recuperación entre intervalos.
En el atletismo en ruta, el equivalente son entrenos tipo 8x 1000 con 3 minutos
de recuperación entre series.
También entran en esta categoría entrenos típicos del
ciclismo y el atletismo, tipo 40/20s, 30/15s o 30/30s. Estos numerajos se
refieren a tiempo de trabajo y tiempo de descanso. Más concretamente, son los
segundos que pasas a alta intensidad (40”, 30”), que van intercalados con
periodos de intensidad media (20”, 15”). Es cierto que, para alcanzar zona 5
(zona de consumo máximo de O2) hacen falta, al menos, 2 minutos. Por tanto,
30-40 segundos serían intervalos insuficientes para estimular dicho consumo
máximo. Pero, como la recuperación es muy corta y mantiene cierto nivel de
intensidad, se ha visto que estos protocolos permiten mantener el consumo de O2
elevado, tanto como si hicieras un workout tipo 5x 5. Aparte, el lactato que se
genera en los bloques de trabajo ha de reciclarse muy rápidamente en los de
descanso, lo que sirve para optimizar ese mecanismo de lavado o, como se dice
popularmente, mejorar la tolerancia al lactato. Dos estudios de Bent Ronnestad
muy famosos, en ciclistas de alto nivel, emplearon el esquema 3 series de 13x
30” on/15” off, con 3 minutos de recuperación entre series. Tan mainstream se
han hecho estos estudios que a este workout se le llama “hacer un Ronnestad
30/15s”. Y es que mucha gente los tolera mejor que un 5x 5’.
Entreno de series de velocidad o intervalos en zona 6. Decíamos
que las series de velocidad sirven para asimilar el gesto de correr a gran
velocidad, que todas las estructuras se adapten a correr rápido: sistema nervioso,
músculos, tendones. Esto lo vamos a lograr, idealmente, con series en pista de
atletismo o, en su defecto, en un terreno llano y compacto. Un entreno en zona
6 típico puede ser 2x 7x 400m.
Implementación de los entrenos
Esto tiene que ver con la estructura del entreno, el manejo
de la intensidad durante los intervalos y el manejo de los descansos. Estructura
del entreno. Lo habitual es encajar los protocolos o esquemas que acabo de
describir en un entreno más largo. Esto es, empezar con un calentamiento, hacer
las series y acabar con una vuelta a la calma. (Lo cierto es que, si bien sí
hay evidencia de que el calentamiento sirve para mejorar rendimiento y prevenir
lesiones, la vuelta a la calma o cool down es más una cosa psicológica que
fisiológica. Cierro paréntesis.) Cabría hacer 10-20’ Easy (en zona 1) hasta la
cuesta donde vayas a hacer el bloque principal, hacerlo y luego regresar al
coche otros 10-20’ Easy. Contando ese warm-up, ese cool-down, los intervalos de
intensidad y las recuperaciones entre intervalos, estos entrenos durarían, en
total, en torno a 1h15.
¿Cómo monitorizar la intensidad? La frecuencia cardíaca es
muy útil en zonas bajas y medias: zonas 1, 2 y 3. No lo es tanto en zonas
altas, por varias razones. Una es que el pulso tarda en subir: puedes estar ya
echando las tripas por la boca y, sin embargo, el reloj marca 150ppm. Otro
problema es que, en medio de una serie intensa, sobre todo si es en zona 5 o 6,
no puedes andar moviendo la mano y llevándola a la cara para ver la pantalla del
reloj. Por eso, creo que lo más práctico es aprender a llevar el pacing
correspondiente, para lo cual haremos ese mismo esfuerzo repetidas veces. ¿A
qué me refiero? Pues, sencillamente, a que debes aprender a reconocer cuál es
el ritmo que puedo aguantar 15-20 minutos cuesta arriba a tope, el que puedo
aguantar 4-5 minutos cuesta arriba a tope y el que puedo aguantar dos vueltas a
la pista de atletismo a tope.
Una última idea, respecto de la intensidad, es que conviene
dejar una repetición en la recámara, tal como hacíamos en el trabajo de fuerza.
O, si prefieres verlo así, en las sesiones de intensidad, debemos apuntar a un
“notable” y no a un “sobresaliente”, porque no dan premio a quien clava un
entreno, sino a quien gana carreras. No hay razón para exprimirse más de la
cuenta en entrenamientos y gastar balas para la competición.
En cuanto a los descansos, un par de apuntes. Primero, respecto
a si es mejor que sean activos o pasivos, en general, son mejor los pasivos
para poder afrontar el intervalo de intensidad subsiguiente, a la intensidad
que toca. Es decir, si hacemos la serie en subida, bajaríamos a trote súper
tranquilo: nos dejaríamos caer. Sólo en los workouts tipo 30/15s el descanso ha
de ser activo para mantener alto el consumo de O2 y también ese régimen de
producción y lavado de lactato. Por otro lado, en cuanto a la duración de los
descansos, yo no me volvería muy loco si he hecho 3, 4 o 5 minutos y si la
ratio trabajo-descanso es 1:1 o 2:1. Me dejaría guiar por el propio terreno. Es
más, tampoco me volvería muy loco con la duración de la serie: también aquí me
dejaría guiar por el terreno. Aún diría más, tampoco me preocuparía por usar la
misma cuesta las 2, 3, 4 o 5 repeticiones que prescribe el entreno. Es lo bueno
del trail running. Si tienes un monte que conoces bien, puedes llegar a montar
una ruta que naturalmente contenga un entreno en zona 4 o uno en zona 5.
Imagina un monte que tiene dos o tres cimas principales y que, a cada una, se
puede acceder por distintos senderos. No tienes más que subir fuerte a la cima
X, dejarte caer hasta el collado, subir fuerte a la cima Y, dejarte caer hasta
el collado, subir fuerte a la cima Z, dejarte caer y así sucesivamente
encadenando subidas y bajadas: te habrás dado un garbeo por el monte y habrás
metido un entreno de series sin enterarte.
Distribución de la intensidad en la semana
Los entrenos de intensidad generan gran estrés, estrés que
nos interesa, porque es el motor de las adaptaciones que buscamos. Pero lo
genera, si somos capaces de alcanzar la intensidad que corresponde y si dejamos
al organismo absorberlo. Entonces, tanto para hacer los entrenos fuertes
“fuerte”, como para recuperarnos de los mismos y desarrollar las adaptaciones
buscadas, van a estar precedidos “por” y seguidos “de” entrenos Easy en zona 1.
Un microciclo prototípico, que respeta el principio anterior, podría ser éste:
lunes, día off; martes, series; miércoles, easy; jueves, series; viernes, easy;
domingo, long run.
Distribución de la intensidad en la temporada
Quedaría por determinar cómo ir variando los entrenos de
series, de semana en semana dentro de un bloque o meso-ciclo, y entre
meso-ciclos. Aquí son pertinentes dos principios del entrenamiento. Uno es el
de sobrecarga progresiva, por el cual vamos aumentando la carga de
entrenamiento de semana en semana y metiendo alguna de descarga cada equis.
Aplicado a las series, este principio establece que debemos ir aumentando la
intensidad de las series (es decir, subir la misma cuesta un poco más rápido) o
el número de series de semana en semana.
Otro principio es el de especificidad, por el cual debemos
trabajar las demandas de la competición en los entrenamientos y más, cuanto más
cerca estemos de esa competición. Así, haremos series a la intensidad de
competición, las semanas previas a la misma, y emplearemos el primer bloque de
semanas a desarrollar otras capacidades relevantes, pero menos decisivas para
la competición objetivo. Traduzcamos esto a números. Si vas a hacer distancia
ultra, eso significa que vas a correr en zona 2. Harás primero un bloque de
vo2max (es decir, series en zona 5), luego uno de umbral (es decir, series en
zona 4) y, en las semanas próximas a la competición, harás mucha zona 2, que es
la intensidad de carrera. Si vas a hacer distancia corta, es decir, media
maratón de montaña y para abajo, la vas a correr en zona 4. Podrías hacer un
bloque inicial de zona 2, para ir haciendo base, acostumbrando a las estructuras,
luego meterías bloque de vo2max y, en las semanas próximas a la competición,
harías muchas series de umbral, porque es la intensidad que llevarás en
carrera. (Todo esto es la teoría. No sé cuánta evidencia científica hay que la
soporte, pero, desde luego, es lo que se ha venido haciendo siempre y los
estudios que analizan los cuadernos de entrenamiento de los y las atletas top
en deporte endurance, como el de Sperlich, Matzka y Holmberg de 2023, lo
avalan.)
Resumen
Hay, básicamente, dos tipos de series: las de umbral, en
zona 4, las de consumo máximo, en zona 5. En trail running, las de umbral
pueden ser 2x 20’ en subida o 3x 12’ en subida, con 5-6 minutos de
recuperación. En trail running, las de consumo máximo pueden ser 5x 5’ en
subida o 6x 4’ en subida, con 4-5 minutos de recuperación. Si 5’ a tope te
parece un esfuerzo agónico, pero no quieres renunciar a desarrollar tu vo2max,
puedes optar por los 40/20s o los 30/15s. Un esquema es 3 bloques de 13x 30”
on/15” off, con 3 minutos de recuperación entre bloques. Si quieres el kit
completo, puedes agregar sesiones con series en zona 6, de cuando en cuando.
Por ejemplo: 2x 7x 400m en pista de atletismo. De cara a construir el
micro-ciclo, recuerda que (1) has de tener el cuerpo descansado, para alcanzar
la intensidad que toca, y (2) has de dejar al cuerpo recuperar de esa
intensidad, para que desarrolle las adaptaciones; por ambas razones, los días
“de calidad” van precedidos por y seguidos de entrenos Easy. Lo último a tener
en cuenta es que trabajaremos estas intensidades más cerca o lejos de la
carrera, según la intensidad que vayamos a llevar en la misma. No tiene sentido
matarse a hacer series en el meso-ciclo inmediatamente anterior a una ultra,
que correremos en zona 2 o incluso 1.
CONCLUSIÓN
Si quieres mejorar, has de hacer series. ¿Por qué? Primero,
porque no puedes acumular horas suficientes a baja intensidad para crear
estímulo, ya sea porque no dispones de 5h/ día para entrenar o, porque, aunque
las tienes, el cuerpo se vuelve eficiente, si no le das un susto de vez en
cuando. Segundo, porque la alta intensidad estimula sistemas energéticos y
fisiológicos específicos: es decir, te da adaptaciones que sólo se consiguen
por esta vía. Tercero, porque, si aguantas un entreno de series y repites eso
unas cuantas decenas de veces en la temporada, desarrollas una capacidad de
sufrimiento (o, al menos, de tolerancia a la incomodidad) que te permitirá
afrontar mejor eventuales inconvenientes en carrera.
Vale, y ¿cómo se hace el trabajo de series en trail running?
Básicamente, buscando una cuesta algo más larga y otra algo más corta. La
primera la subirás 2 veces por 20’ o 3 veces por 12’, bajando tranqui para
recuperar. La cuesta más corta la subirás 5 veces por 5’ o 6 veces por 4’,
bajando tranqui para recuperar. Y, si series tan largas te resultan
insoportables, cabe buscar una pequeña rampa y hacer bloques de 30/15s: 3
bloques de 13 veces subir fuerte 30” y bajar alegre 15”, subir fuerte, bajar
alegre, subir fuerte, bajar alegre. Si quieres equiparte con el kit completo,
cabe añadir series de velocidad en pista de atletismo, por ejemplo, 2x 7x 400m.
Luego está la cuestión de cómo encajar esas sesiones en el micro-ciclo y en los
macro-ciclos. También aquí la regla es sencilla: haz sesiones Easy, antes y
después de un día duro de series, haz trabajo a la intensidad específica de
competición, en las semanas próximas a la misma, y lo contrario; esto se
traduce en hacer primero base y luego intensidad, si corres corta distancia,
hacer primero intensidad y luego alto volumen en zonas bajas, si corres larga.
Voilá: ya lo tenemos, el trabajo de series destripado en menos de lo que dura
un entreno de series.
Corresendas, espero que hayas disfrutado y aprendido a
partes iguales, tal como yo hice preparando el episodio. Si fue así, haz alguna
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píldoras sobre trail running y deporte endurance, a diario, en Stories.
Nos encontramos aquí en unos días, si no antes por el monte.
Hala a pisar sendas! (sea rodando o en zona 5 por 5 minutos y repitiendo 5
veces.)
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