Episodio 10. Elegir zapatillas. ¿Qué tres cosas debes saber?
(Autor: Héctor García Rodicio @correrporsenderos)
Dada la cantidad inabarcable de zapatillas disponibles en el
mercado, la tarea de elegir las adecuadas para tu perfil puede resultar
abrumadora... Lo cierto es que debería ser sencillo y si la cosa se vuelve
retorcida es porque la industria complica artificialmente la oferta con un solo
y crudo objetivo: vender más. Si me convencen de que hay zapas para entrenos
suaves, para entrenos de calidad, para entrenos de recuperación, para terreno
técnico, para pistas, para senderos, para distancia corta, media, larga y muy
larga, para invierno, para verano, una zapa para los lunes, otra para los
jueves... pues raro será que no acabe teniendo que poner un armario extra en
casa (y ¡pedir un crédito al banco!) sólo para mis zapatillas de trail... Lo
malo es que no solamente está en juego tu salud mental y financiera, este
consumo exagerado tiene también impacto en el planeta y, como sabemos, no hay
un planeta B. La prueba de que no hace falta inventarse necesidades irreales es
el nuevo proyecto de Kilian Jornet: NNormal. Sacarán únicamente dos modelos:
zapa de entrenos, zapa de competición. Entonces, ¿qué hay que saber para
comprar con cabeza? Los y las corresendas inteligentes, como quienes recalamos
por aquí, no dan puntada sin hilo ni se dejan influir por publicidad engañosa.
Hoy analizaremos las tres claves que debes considerar para elegir tu zapa de
trail. Sin más dilación, vamos al turrón.
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CLAVE NÚMERO UNO: PARÁMETROS RELEVANTES
Las zapatillas se diferencian en un montón de aspectos,
entre los que están el compuesto elegido para la mediasuela, el drop, el
sistema de cordonaje, el tipo de tejido en la parte superior, presencia de
placa de carbono o pebax en la mediasuela, la gama de colores… No obstante, a
la hora de la verdad, en mi opinión, importan nada más tres parámetros: suela,
amortiguación y estructura.
Suela. Hay dos tipos básicos: una suela con tacos bajitos
(2-3mm) y hecha con un compuesto adherente y otra suela con tacos prominentes
(5-6mm) y separados entre sí. La primera sirve para terreno compacto, “piedra”
o “roca descubierta”, podemos decir. Piensa en las sierras de Madrid o los
macizos de Picos de Europa. La segunda está pensada para terreno descompuesto,
con barro, hojas, piedra suelta, donde necesitaremos agarre. Piensa en los
bosques de Zegama o los senderos de la Costa Quebrada en Cantabria tras una
semanita lluviosa.
Amortiguación. De nuevo, hay dos configuraciones: mucha
amortiguación (altura al suelo de 30-35mm) y poca amortiguación (20-25mm). La
amortiguación sirve para proteger músculos y articulaciones del impacto
repetido que se produce al correr. Por tanto, la amortiguación es más relevante
(1) cuanto más tiempo vayamos a estar corriendo y (2) cuanto mayor sea nuestro
peso corporal.
Estructura. También en este punto podemos encontrar básicamente
dos soluciones: mucha estructura, poca estructura. Con "estructura"
nos referimos a la presencia o no de piezas rígidas insertas en la parte
superior de la zapatilla, la que recubre el pie. Tales piezas estarían
destinadas a (1) proteger el pie de los golpes contra rocas y raíces y a (2)
guiar la pisada. Esto último es más relevante cuanto mayor es la duración de la
carrera o la salida al monte que vamos a hacer, pues con la fatiga tendemos a
perder la buena forma y necesitamos alguna “corrección”.
CLAVE NÚMERO DOS: TU CONDICIÓN FÍSICA
No lo hemos mencionado, pero, como puedes imaginar, cuanto
más compuesto en la suela y más amortiguación y estructura, mayor es el peso
total de la zapatilla. Y unas decenas de gramos de diferencia son importantes:
piensa que vas a levantar cada pie del suelo miles o millones de veces durante
una carrera. Una zapa más pesada requiere un mayor trabajo de los músculos
posteriores de la pierna, los isquiotibiales y los gemelos, reduciendo la
economía de carrera hasta en un 2%. Idealmente, pues, optaríamos por una zapa
ligera, de en torno a 250g o menos, a poder ser. Pero, como muy probablemente
por tu condición de popular, tus velocidades de carrera te van a hacer estar
muchas horas en el monte, tu técnica no es muy depurada o no puedes mantenerla
con el paso de los kms y, quizás, estás algo pasado de peso, son necesarias
amortiguación y estructura, aunque ello suponga irnos a los 300-315g en cada
pie... En una palabra, vamos a priorizar
comodidad/ seguridad en lugar de rendimiento, que al fin y al cabo ¡no estamos
disputando un podio en Sierre-Zinal!
CLAVE NÚMERO TRES: PRESENCIA DE BARRO
Lo más sensato, hemos razonado, es una zapatilla amortiguada
y protegida, una zapatilla cómoda incluso con el paso de los kms. Quedaría
pendiente la cuestión del taco, si bajo o afilado. Esto va a depender del
terreno por donde te vas a mover y de si cambia o no con la estación del año;
vamos, esencialmente, de si vas a pisar barro o no. Si no vas a pisar barro o
sólo de manera ocasional, la opción es clara: tacos de 2-3mm y suela lo más
adherente posible. Si vives en España, el taco va a hacer falta únicamente en
el norte de la Península (Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi) y, tal vez, en
el norte de las islas Canarias más montañosas. Es una regla simple, sí, pero
bastante acertada, creo yo.
JUNTÁNDOLO TODO
Con esto último tendríamos nuestra configuración definitiva:
suela con poco taco para terreno compacto, buena amortiguación y buena
estructura. La zapatilla para salir del paso en cualquier situación.
Si nos ponemos finos, sí cabría añadir a ese par de zapas
"de cabecera" otro par con un perfil más agresivo: las
"voladoras" de amortiguación y estructura espartanas y peso
ultra-ligero; pero esto sólo si quieres rendir a tope y tienes cierta capacidad
técnica y muscular y articular. No me patrocina ninguna marca, pero esa
zapatilla “de cabecera”, de diseño equilibrado en los parámetros básicos, bien
puede corresponder a una Hoka Speedgoat, Brooks Cascadia, New Balance Hierro o
alguna Evadict (la marca trail de Decathlon), que, si os apetece y lo ponéis en
“comentarios”, puedo desgranar aquí.
Y, aunque no lo puedo afirmar categóricamente, porque aún no
está en catálogo y ni siquiera se ha publicitado en los medios, apostaría a que
la zapa básica de NNormal va a ir exactamente en esta línea: suela con poco
tacto y buena amortiguación y protección para obtener un producto polivalente,
la zapa de diario para cualquier condición. Por otro lado, el modelo NNormal
que sí conocemos ya, el Kjerag (She-rak), encaja perfectamente en la categoría
voladora: amortiguación justita (perfiles de 17-23mm) y peso por debajo de los
200g.
CONCLUSIÓN
Un par de zapas o, a lo
sumo, dos, es más que suficiente: las zapas “de cabecera”, amortiguadas y
protegidas, y las voladoras, las de competición. No hizo falta poner un armario
extra ni pedir un préstamo al banco.
Si, además, se trata
de productos robustos, como los que promete NNormal, con una durabilidad un 50%
superior a de la competencia, pues no le des más vueltas: apuesta por sus
modelos rodador y volador y acertarás (e insisto en que no me patrocina ninguna
marca).
Por cierto, respecto a la durabilidad de las zapas de
NNormal, para muestra un botón: Kilian lleva 1000 kms con el mismo par, kms que
han consistido en cuatro carreras por el mundo, tres de ellas con récord, y
cuatro más en su país de acogida, Noruega. Y podéis ver fotos del taqueado
durante el UTMB para constatarlo: sigue entero como recién salido de la tienda.
Lo mismo con el upper: sigue impecable a prueba de bombas.
Corresendas, si llegaste hasta aquí y te ha gustado, te pido
humildemente que te suscribas, comentes y/o compartas. Mil gracias. También me
puedes contactar por IG: @correrporsenderos
Nos encontramos aquí en siete días, si no antes en el monte.
Hala, a pisar sendas!
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