Episodio 26. ¿Qué determina el rendimiento en trail running? Revisando el modelo clásico de asfalto
(Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/ )
Correr. Desplazarse del punto A al punto B. Hacerlo
impulsándote con tus propias fuerzas. Y hacerlo lo más rápido posible. Parece
sencillo, ¿verdad? Si añadimos que entre esos puntos A y B habrá cuestas arriba
y cuestas abajo, de distinta longitud e inclinación, hierba, tierra y piedras
en el suelo y muchos kilómetros de por medio, la cosa se complica un poco… Eso
es correr por montaña. La pregunta que hoy nos hacemos es: ¿de qué depende
hacerlo bien? ¿Qué factores determinan el rendimiento en trail-running? Para
responder a esta pregunta, contamos con una plantilla provisional: el “classic
model of endurance running performance” o “modelo clásico del rendimiento en
carrera de fondo”, que proviene de las pruebas de pista y asfalto, y establece
que son tres los factores determinantes de la carrera a pie en llano. Uno, el
volumen de oxígeno máximo o Vo2max. Dos, el porcentaje de ese Vo2max que logras
utilizar corriendo sobre el LT2, el umbral de lactato. Tres, la economía de
carrera. Ahora mismo, seguramente, estos tres términos te suenan a hebreo y no
te dicen nada, pero descuida: enseguida vamos a explicar a qué se refieren para
que todo el mundo lo entienda. Y, más importante, una vez sepamos cuáles son
los tres ingredientes que, según el modelo clásico, predicen tu rendimiento en
llano, podremos examinar si su poder predictivo se cumple en ese otro especímen
aparte que es el monte o, por el contrario, si debemos construir un modelo
específico para el trail-running. En tal caso, la pregunta sería cuáles son, pues,
los ingredientes precisos para triunfar en las carreras de montaña. La cosa
está interesante, creo yo. Y es que los estudios que vamos a revisar son de
2018, 2019, 2021 y 2022; vamos, recién saliditos del horno.
Veamos, entonces, qué hace
falta para rendir en asfalto, qué hace falta para rendir en montaña y cuánto
coinciden ambos modelos. Sin más dilación, vamos al turrón.
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EL MODELO CLÁSICO DEL RENDIMIENTO EN CARRERA DE FONDO
Como ya adelantamos, el modelo clásico identifica tres
determinantes del rendimiento en carrera en llano: Vo2max, umbral de lactato y
economía de carrera. Antes de entrar a explicar cada factor, quizás conviene
describir brevemente los métodos que permiten construir el modelo.
En los estudios se reúne una muestra de runners entrenados,
que pueden ser profesionales o recreacionales. Se los lleva al laboratorio para
realizarles toda clase de mediciones. Luego, se registran sus tiempos en una
carrera oficial, como una media maratón, o en un time-trial, es decir, correr
un 5000 o un 10000 en pista. Por fin, con técnicas estadísticas de correlación
y regresión se analiza el peso que las diferentes cualidades medidas en el
laboratorio tienen sobre el rendimiento en la prueba. Por ejemplo, se podría
medir (por decir algo) el tamaño del pie o la estatura de la persona y ver si
eso influye sobre los tiempos en la prueba y cuánto.
De este modo, lo que se encuentra sistemáticamente es que tu
Vo2max, tu umbral de lactato y tu economía de carrera explican el 90-95% de lo
que logras en la prueba. O sea, de esos tres precisos factores depende, casi en
exclusiva, lo que vas a conseguir en carrera. El 5-10% restante quizás dependa
de la gestión emocional y la fortaleza mental, me atrevo a aventurar, pero lo
que es seguro es que, conociendo tus valores en Vo2max, umbral de lactato y
economía de carrera tengo prácticamente todas las papeletas para saber tu
tiempo en 5k, 10k, media maratón o maratón entera.
Vale, Héctor, ¿y qué narices son el Vo2max, el umbral de
lactato y la economía de carrera? Lo cierto es que son conceptos que ya hemos
tratado alguna vez, como en el Ep 8 sobre entrenamiento polarizado o el 14,
sobre la alta intensidad; pero hoy vamos a hacer una definición más precisa y,
en todo caso, nunca está de más repasar.
Vo2max. Es, hablando en términos sencillos, los caballos o
la cilindrada que tiene tu motor, lo que da de sí tu maquinaria aeróbica. O,
dicho en términos técnicos, la cantidad de oxígeno que puedes captar,
transportar y utilizar en tus músculos junto con las grasas y la glucosa para
producir energía. Es el nivel máximo de producción que puede alcanzar tu
sistema aeróbico. Por eso se le conoce también con el nombre de "potencia
aeróbica". Se suele calcular tanto el volumen absoluto de oxígeno que
puedes movilizar, medido en ml/min, como el volumen relativo a tu peso, porque,
por lógica, con mayor corpulencia y/o masa muscular puedes reclutar y consumir
más oxígeno. Interesa tener valores altos en volumen absoluto, pero más aún en
volumen relativo. Piensa que un mismo motor de 5000cc no rinde igual montado
sobre un Ferrari de 1000kg que sobre un autobús de cuatro toneladas. El Vo2max
es en cierta medida entrenable, pero está determinado hasta un 75% por la
genética.
Umbral de lactato. Correr a la velocidad que solicita el
100% de tu Vo2max significa alcanzar una intensidad máxima, es llevar tu
maquinaria aeróbica a su límite. Dado ese nivel de intensidad, la demanda
energética es tan grande, que el sistema aeróbico va a tener que apoyarse
también en otras vías metabólicas complementarias. En concreto, parte de la
glucosa empleada en la obtención de energía será procesada sin oxígeno, a
través de fermentación, lo que originará un subproducto llamado lactato. Si la
acumulación de lactato no es grande, el sistema aeróbico dispone de un mecanismo
de reciclado por el cual puede reaprovecharlo para obtener energía. Pero, si la
tasa de producción de lactato se fuera de madre, el mecanismo de reciclado se
vería sobrepasado y el lactato acumulado derivaría en un estado de acidez que
impide la función muscular. El umbral de lactato o LT2 es el nivel de
intensidad máximo que puedes mantener sin rebasar la capacidad del mecanismo de
reciclado. Por eso este parámetro se llama también "capacidad
aeróbica". En términos prácticos, es la máxima intensidad sostenible
durante 40-60', lo que puede corresponder a tu ritmo 10k. Interesa que ese
ritmo “fuerte pero sostenible” solicite la mayor proporción posible de tu
Vo2max. Piensa ¿de qué sirve tener un motor Ferrari si sólo te mueves por el
centro de Londres, desaprovechando ese enorme potencial que hay bajo el capó?
El porcentaje efectivo de tu Vo2max, la fracción de tu potencia máxima que
puedes realmente aprovechar, coincide más o menos con el umbral de lactato. Lo
que interesa es que, con independencia de que tu motor sea más o menos grande,
puedas aprovecharlo al máximo en ritmos lo más fuertes posibles, pero que a la
vez no supongan una tasa de acumulación de lactato tal, que te obliguen a
parar. O sea, se trata de que la intensidad sobre el umbral de lactato y la
intensidad al 100% de tu Vo2max se parezcan cuanto más, mejor. Si estás en
forma, eso es exactamente lo que ocurre: tu ritmo umbral aprovecha una fracción
grande del Vo2max. Por suerte, aunque el Vo2max está prácticamente
predeterminado por tu genética, como dijimos, el umbral de lactato (o
resistencia aeróbica) se entrena.
Economía de carrera. Los
dos parámetros anteriores eran bioquímicos: tenían que ver con la producción de
energía a partir de oxígeno y sustratos, como son las grasas y la glucosa. La
economía de carrera es un parámetro biomecánico. Volviendo al símil de los
vehículos automóviles, si el Vo2max y el umbral de lactato tienen que ver con
las prestaciones del motor, la economía de carrera es la parte ciclo del coche:
las ruedas y el chasis. El chasis determina la aerodinámica y el reparto de
pesos y las ruedas generan más o menos fricción con el suelo. Un Fórmula 1 y un
camión tienen un motor parecido. Pero el Fórmula 1 es afilado y bajo, el peso
está bien distribuido y bien pegado al suelo, es en conjunto muy ligero y tiene
unas ruedas bien hinchadas y de gran diámetro. El camión es todo lo contrario.
Por eso, a igualdad de motor y consumo de combustible, ¿cuál corre más? Puedes
comparar también una bici de montaña con una de triatlón. La primera tiene un
manillar ancho y alto, unas ruedas gruesas, un plato pequeño y pesa 11kg. La de
triatlón tiene manillar estrecho y bajo, ruedas finas, plato grande y pesa 7kg.
Coge una y otra e intenta aguantar 1k a 35km/h… La economía de carrera se
define como la cantidad de energía que necesitas para cubrir una determinada
distancia a una determinada velocidad. Con una buena economía de carrera, un
correr fluido, gastas menos para hacer lo mismo. Y una buena economía de
carrera depende, a su vez, de varios factores. Uno de ellos es la técnica de
carrera: un correr limpio, donde los pies contactan lo mínimo, la zancada se
amplía al máximo, el braceo acompaña a la zancada y vamos bien erguidos y
relajados, es un correr económico. Es como rodar sobre ruedas finas, bien
hinchadas y de gran diámetro. Otro factor son tus valores antropométricos.
Piernas largas y delgadas, bajo peso corporal y bajo porcentaje graso
contribuyen también a una mejor economía de carrera. Tu fuerza y tu stiffness
(ya sabes, el efecto muelle del arco plantar y el tendón de Aquiles) son otros
determinantes de la economía de carrera. Por último, hay también un componente
neural: tener la técnica de carrera perfectamente asimilada, permite correr sin
pensar y ahorrar energía así también. Piensa en atarte los cordones de las
zapas: es un gesto que has repetido tantas veces, los circuitos neuronales se han
disparado tantas veces, que se ha convertido en un acto reflejo. En fin, para
ganar en economía de carrera, aunque tu estatura y la forma de tus piernas no
dependen de ti, sí puedes mejorar la técnica, el stiffness y el porcentaje
graso.
Recapitulando. En
virtud del modelo clásico, correr bien en llano depende casi exclusivamente de
tres factores. Uno es el Vo2max o potencia aeróbica: cuán grande es tu motor,
que en gran medida viene dado de antemano y no concede gran margen de mejora.
Otro factor es el umbral de lactato o, más precisamente, tu capacidad para
sostener ritmos altos, intensidades que soliciten una fracción grande de tu potencia
aeróbica, de forma prolongada. Es un parámetro 100% entrenable. Un último
factor es la economía de carrera: que correr nos reclame la menor cantidad de
energía posible. Piernas largas y delgadas, pero, sobre todo, técnica limpia y
perfectamente automatizada, bajo porcentaje graso, músculos fuertes en el
cuerpo inferior y stiffness son los aspectos a trabajar para ganar en economía.
ADAPTANDO EL MODELO CLÁSICO A LA CARRERA POR MONTAÑA
Y, ahora, el turrón. La chicha, la miga. El meollo. ¿Vale o
no el modelo clásico para el trail, donde hay de todo menos monótono piso plano
y perfectamente compactado? Os adelanto que la tríada del modelo clásico aplica
también a la carrera por montaña, pero va a haber que añadir tres factores más.
Así pues, para rendir en trail van a hacer falta el doble de ingredientes. Pero
esto no debe verse como un problema, sino como una oportunidad: ¡hay más vías
para mejorar! A los consabidos Vo2max, umbral de lactato y economía de carrera,
vamos a añadir fuerza en subidas, habilidad en bajadas y fortaleza mental.
En trail hay sólo un puñado de estudios a día de hoy en
2022, pero bien construidos, creo yo, y con resultados consistentes, de modo
que podemos sacar conclusiones de los mismos. Siguen el mismo método que ya
explicamos en la carrera en llano. Se toma un grupo de runners con cierta
experiencia, se los lleva al laboratorio para medirles cosas como Vo2max, masa
corporal o fuerza en sentadillas y luego se registra su rendimiento bien en una
prueba diseñada por los investigadores o bien una carrera oficial.
Más concretamente, he encontrado los siguientes estudios.
Tras las medidas en el laboratorio, en uno corrían un trail de 7k con 500m
positivos y perfil de serrucho (o sea, todo subir y bajar sin llano), en otro
corrían un trail de 27k y 1300+ también con perfil serrucho, en otro corrían 5k
cuesta arriba al 8% de inclinación y 5k cuesta abajo al 8%. En otro, corrían en
cinta con distintas inclinaciones, incluyendo 0%, 5, 10, 15 y 20% y -5, -10,
-15 y -20%. En otro par de estudios se registraba el rendimiento en
ultra-maratones de 100 y 150k.
Y con esto, ¿qué se vio? Menos en los ultras, que pasó una
cosa curiosa que comentaremos más tarde, los estudios encontraron que (1) el
Vo2max cuenta en carreras de trail, (2) la capacidad aeróbica cuenta también,
(3) la economía de carrera cuenta hasta pendientes de menos del 20%, donde se
vuelve irrelevante, y el peso corporal y el porcentaje graso, ligados a la
economía de carrera, cuentan también.
(4) La capacidad de subida es clave. La fuerza máxima de
cuádriceps fue determinante en subidas, la resistencia a la fatiga de
cuádriceps (entendida como la capacidad para mantener la velocidad de ejecución
en sentadillas sub-máximas sucesivas) lo fue en el trail de 27k y 1300+, la
resistencia cuesta arriba (entendida como el tiempo hasta el agotamiento en un
test con pendiente incremental) lo fue en el trail de 7k con 500+.
(5) La habilidad de bajada es clave. La fuerza máxima en
cuádriceps fue determinante también cuesta abajo. E, interesante, en uno de los
trails, que incluía hasta seis bajadas y con bastantes secciones rocosas y
técnicas, fue en esos tramos donde se produjeron el 25% de las diferencias
entre runners. O sea, ¼ de lo que logras en carrera depende de cómo te
desenvuelves en las bajadas.
Y (6) en las carreras ultra todos los modelos fracasaron al
intentar predecir el rendimiento, lo que significa que ser competitivo en
ultra-trail no depende de tu potencia, tu resistencia, tu economía, tu fuerza o
tu habilidad. ¿Cuál es la clave, entonces? Aquí no me baso en la evidencia,
sino que voy a aventurar una hipótesis. En mi opinión, la clave en los ultras
es la mente: en esencia, ser capaz de resistir el sufrimiento. Por mucho que
hayas entrenado, vas a tener calambres; por mucho que hayas preparado la
estrategia nutricional, vas a tener molestias digestivas; por mucha cafeína que
tomes, tu cuerpo te pide dormir y, si no se lo das, responderá con una señal
nerviosa deficiente y, peor, con alucinaciones. Los ultra-trails son ultra-tralla,
como ya aprendimos en el Ep 9. En esas circunstancias, sólo la mente más
limpia, capaz de abstraerse del dolor, de las dudas (ese "pero ¿qué hago
yo aquí?"), de las tentaciones (ese otro "con lo bien que estaría yo
ahora en la playa escuchando las olas…"), será la que prospere en ese
eterno peregrinar por el desierto que son los ultras. Un ejemplo reciente lo
tenemos en Aroa Sío, top 10 en el UTMB 2022, tras haber completado también la
Western States unos meses atrás, y siempre siempre con una sonrisa de oreja a
oreja. Mentalidad a prueba de bomba; pasados los 50k, eso, que no lo mide el
laboratorio, que no son esas cifras de titular, como los 90ml/kg/min de consumo
máximo de Kilian o los 120cm de salto vertical de Michael Jordan, eso y no otra
cosa sería el determinante último. Por cierto, esto mismo es lo que propone la
teoría del gobernador central, a la que dedicaré un futuro episodio: el
determinante último del esfuerzo es la cabeza. Y es una teoría fundamentada en
datos, que conste.
Resumiendo. En trail cuenta la tríada del modelo clásico de
asfalto: potencia, resistencia, economía. Pero hay que agregar tres elementos
más para completar la receta del éxito: capacidad de subida, habilidad en
bajada, mentalidad de hierro.
CONCLUSIÓN
Si quieres rendir en carrera a pie, te harán falta un buen
motor (potencia), resistir largo a intensidad fuerte (umbral de lactato) y
gastar poco (economía de carrera). No debe sorprendernos que eso también cuente
en trail, pues, aunque el terreno es muy distinto al monótono asfalto plano y
compactado, se trata, al fin y al cabo, de correr. Y, precisamente por las
peculiaridades del monte, donde buena parte del tiempo lo pasamos cuesta
arriba, cuesta abajo y por terreno técnico, hacen falta algunas cualidades
extra para triunfar. Hace falta subir bien, para lo que serán necesarias unas
piernas fuertes y resistentes, aparte de un buen Vo2max, claro. Hace falta
bajar bien, para lo que serán necesarios esos mismos poderosos cuádriceps y
habilidad y arrojo en las bajadas técnicas. Como se suele decir, las carreras
se ganan en la subida y se pierden en las bajadas. Y, por fin, es
imprescindible saber no rallarse la cabeza en carreras por encima de las 10h:
de poco sirve todo lo anterior en el infierno de los ultras, que, como sabemos,
son carreras de eliminación. Que el trail requiera un abanico de capacidades
mayor que el asfalto no debemos verlo como un hándicap, todo lo contrario:
significa que tenemos hasta seis dimensiones donde ir puliendo para rascar
minutos al crono y, más importante, para poder movernos con más soltura por la
montaña y así disfrutar más, que es, a la postre, de lo que se trata. Correr y
gozar. Con esa sonrisa siempre en la cara como la de Aroa.
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Nos encontramos aquí en siete días, si no antes por el
monte. Hala, a pisar sendas! (y a poner ese motor a trabajar!)
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