Episodio 32. Trail running en los Juegos Olímpicos. ¿Podemos? ¿Queremos?
(Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/)
“Más rápido, más alto, más fuerte”. Es el lema de los Juegos
Olímpicos. Es la premisa que deportistas provenientes de todos los países del
mundo intentan cumplir en cada cita olímpica y para lo que se preparan
concienzudamente durante los cuatro años anteriores o, incluso, durante toda
una vida. La sola participación en los Juegos es el sueño de miles de
deportistas, lograr una final es un trampolín para su carrera deportiva, un
podio es ya un seguro de vida, que, con toda probabilidad, les permitirá vivir
de un modo u otro del deporte hasta la jubilación, y, por fin, un récord
olímpico es la entrada directa a los annales de la historia. Los Juegos
Olímpicos son palabras mayores. Incluso hoy, cuando la televisión pierde
audiencias a pasos agigantados, en favor de formatos como Twitch, YouTube o
TikTok, sigue siendo el acontecimiento deportivo más visto. E, incluso hoy,
cuando conceptos como ecologismo o sostenibilidad ocupan puestos cada vez más
preferentes en nuestra escala de valores, las ciudades siguen compitiendo por
alojar los Juegos Olímpicos. Las Olimpiadas han sido y siguen siendo la prueba
reina del deporte, donde todo deportista quiere estar, donde toda marca se
quiere promocionar y donde todos los medios se van a enfocar durante las tres
semanas que dura el evento.
En la primavera de 2021, los organizadores del evento
Penyagolosa Trails, que engloba dos pruebas de trail de 60 y 100 kms,
respectivamente, elaboraron un manifiesto para la inclusión del trail running
como disciplina en los próximos JJOO de Los Angeles 2028. Conjuntamente,
lanzaron una campaña en Change.org para reunir firmas y sacar adelante la
propuesta. La pregunta que hoy nos hacemos es ¿puede el trail running entrar en
las Olimpiadas? Y, más interesante aún, ¿de verdad queremos que el trail sea
disciplina olímpica? Y es que, como cualquier cambio, ganar estatus de
disciplina olímpica entrañaría beneficios y sacrificios para el trail. La cosa es,
pues, si el cambio sale a cuenta o no: si vamos a obtener más ventajas que
perjuicios y, por tanto, si merece la pena o no luchar por el cambio en
cuestión. Antes de entrar en el meollo del episodio, habrá que explicar
brevemente qué son los JJOO, por si hay alguien de la generación que ha crecido
con Internet y sin televisión y no sabe de qué va la película… Después, veremos
si el trail reúne los requisitos para figurar en los Juegos y, por fin,
entraremos en la cuestión principal: qué ventajas e inconvenientes tendría eso.
Sin más dilación, vamos al turrón.
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¿QUÉ SON LOS JJOO?
Los JJOO son un evento deportivo que se celebra cada cuatro
años en una ciudad del mundo. Existen los JJOO de verano y de invierno, de
manera que deberíamos especificar a cuál de los dos nos referimos. No obstante,
se sobreentiende que, si decimos JJOO a secas, nos estamos refiriendo a los de
verano. Estos Juegos, los de verano, albergan una docena de deportes y hasta 33
disciplinas. Están los deportes de pelota (como fútbol, baloncesto o voleibol),
de raqueta (tenis, bádminton, tenis de mesa), de lucha (como judo, taekwondo o
boxeo), de agua (como natación o remo), la halterofilia o la gimnasia. Pero,
sin duda, el deporte más destacado es el atletismo, que incluye múltiples disciplinas,
como son los saltos (de altura o de longitud), los lanzamientos (de jabalina o
martillo), la carrera a pie en todas sus formas (100m lisos, 3000 obstáculos,
5000 y 10000 en pista o maratón de asfalto) y las combinadas (el decatlón y el
heptatlón).
Originalmente, los JJOO nacieron en la antigua Grecia. Allí,
representantes de las diferentes ciudades-estado acudían a la ciudad de Olimpia
cada cuatro años a competir. Las pruebas de entonces eran la carrera de
cuadrigas, la carrera a caballo y el pentatlón, que incluía lanzamiento de
disco y de jabalina, lucha, salto vertical y carrera a pie.
A finales del siglo XIX, un noble francés tuvo la idea de
rescatar aquella práctica. Durante todo el siglo XX y, salvo las ediciones
coincidentes con la primera y segunda guerras mundiales, los JJOO se celebraron
cada cuatro años. Aunque estos Juegos modernos se concibieron como
competiciones para deportistas amateur, a partir de Seúl 1988, los y las
participantes son ya mayoritariamente profesionales. También a partir de estas
fechas, Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y, sobre todo, Barcelona 1992, los Juegos
se convirtieron en un fenómeno de masas, tanto en número de asistentes en el
estadio, como en audiencias televisivas. Se calcula que Barcelona ’92 alcanzó
una audiencia de 3500 millones de personas. Así pues, a finales del siglo
pasado los JJOO adoptaron el formato que conocemos actualmente.
El COI o Comité Olímpico Internacional es el organismo que
regula y pone en marcha estos Juegos. Su fuente de ingresos son los derechos de
imagen. Si quieres retransmitir los eventos, debes comprárselo al COI. Si eres
una marca y quieres patrocinar los Juegos, debes pagárselo al COI. Por otro
lado, si como ciudad quieres alojar unos Juegos, has de correr con todos los
gastos. No lo tienen mal pensado en el COI…
¿QUÉ REQUISITOS HA DE REUNIR UN DEPORTE PARA SER OLÍMPICO?
Para que un deporte pueda figurar en unos Juegos debe
cumplir una serie de condiciones. Para empezar, ha de ser un deporte físico. Es
decir, deportes como el ajedrez, que tiene solamente un componente mental, o el
automovilismo, donde el desplazamiento depende de un motor y no de tu
capacidad, no son deportes físicos y no pueden estar en unos JJOO. Además, el
deporte ha de ser masivo. Es decir, ha de practicarse en todo el mundo y por
una cantidad grande de personas. Debe representar los valores del olimpismo,
como excelencia y compañerismo. Debe respetar y hacer respetar el reglamento
anti-dopaje. Y, por último, debe ser un deporte o disciplina atractivo para
medios y audiencia.
El trail running reúne todos esos requisitos menos el
último, que está en cuestión. Por supuesto, el trail es un deporte físico: por
mucha tecnología en zapatillas o geles que exista, eres tú quien ha de mover el
culo arriba y abajo de la montaña y hacerlo, además, a los ritmos como se corre
hoy (cuestión que ya analizamos en el Ep 20). Es una disciplina que ya
practican millones de personas, hombres y mujeres, en el mundo y a lo largo de
los cinco continentes. Atendiendo a los números de la ITRA (la International
Trail Running Association), entre 2013 y 2019 casi dos millones de personas,
procedentes de 195 países o regiones, practicaron trail running en dicho
periodo. Respecto a los valores del trail, también se busca la excelencia (esos
ritmos que ya he mencionado), también hay compañerismo (pues no es infrecuente
ver cómo se animan, apoyan y felicitan públicamente los y las runners, algo que
desarrollamos en el Ep 13) y, aparte, se observan otros valores como el amor y
respeto a la naturaleza. En cuanto a la lucha anti-dopaje, pues, aunque
seguramente se puede mejorar (ya hablaremos en otra ocasión del polémico
programa Quartz), ahí tenemos el caso reciente de Mark Kangogo, privado de su
podio en Sierre-Zinal e inhabilitado tres años por el uso de anabolizantes y
corticoesteroides. Para terminar, está el requisito del atractivo: que la
prueba sea de interés para los medios y el público. Que dé espectáculo, en una
palabra. Y, de ese modo, que haya gente dispuesta a desplazarse al lugar del
evento y pagar por verlo desde la grada y que haya medios dispuestos a
desplazarse al lugar del evento y pagar por el operativo necesario para la
cobertura del mismo. Seguramente, éste es el punto más controvertido del asunto
y el más importante, pues de él se van a derivar buena parte de las
consecuencias tanto positivas como negativas de la posible incorporación del
trail a la familia olímpica… Lo vemos más a fondo a continuación.
¿QUÉ VENTAJAS E INCONVENIENTES TENDRÍA UN TRAIL RUNNING
OLÍMPICO?
Básicamente, un trail running participante en JJOO
convertiría el correr por montaña en una actividad más tecnificada y menos
silvestre. A pesar de su mayoría de edad (ya razonamos en el Ep 20 que el trail
afronta su tercera década de vida), el trail sigue estando bastante
“asilvestrado”. “Domesticarlo” significaría, por un lado, “estandarizarlo”,
como es un dos tiempos en halterofilia, un set y partido en tenis o un 5000 en
pista, y significaría también "empaquetarlo", o sea, darle un formato
de fácil consumo. Esta domesticación traería cosas buenas y cosas malas.
¿Qué ventajas tendría un hipotético trail running olímpico
"domesticado"? Traería más dinero y más tecnología. Vayamos por
partes.
Más dinero. Las federaciones, en este caso, las de
atletismo, destinarían mayores partidas a esta modalidad. Los y las atletas
podrían recibir más becas, ayudas y premios y más cuantiosos. Sería más fácil,
por tanto, ganarse la vida corriendo por el monte, al menos durante los años de
carrera competitiva. Por su parte, las marcas (Salomon, Asics, Hoka, Brooks,
Adidas… ) pondrían más dinero también para hacer mejores contratos y organizar
carreras o circuitos más prestigiosos.
Más tecnología. Con un trail running más profesional el
desarrollo tecnológico sería aún más rápido. Como ya analizamos en el Ep 20,
los medios y los métodos con que contamos hoy están a años luz de los que
existían hace apenas diez años. Con medios me refiero, sobre todo a zapatillas,
pero también incluyo prendas ligeras y transpirables, mochilas y cinturones ligeros
y bien ceñidos, geles y bebidas que llevar en el soft-flask y relojes GPS que
calculan tiempos, ritmos, pulso y potencia. Con métodos me refiero a sistemas
de entrenamiento, periodización y monitorización y técnicas de recuperación
cada vez más avanzadas, más especializadas y más globalizadas. Esa mayor
profesionalización y tecnificación redundaría en un mayor nivel competitivo de
las pruebas, lo que además las haría más atractivas para el público.
En fin, lo bueno de un trail olímpico sería que, al haber
más y mejores medios, los y las atletas podrían prepararse mejor y rendir más,
haciendo que la disciplina se parezca más al ciclismo actual, por ejemplo,
donde cada segundo es oro y cada gramo y cada milímetro cuentan.
Pero ¿qué inconvenientes tendría ese trail running híper-tecnificado?
La cuestión principal a resolver es cómo sería la actividad en sí, qué formato
exactamente tendría ese trail estandarizado y empaquetado de fácil consumo.
Porque está claro que un loop de 170 kms alrededor del Mont-Blanc, en plena
naturaleza salvaje, que dura 20h, buena parte de las cuales por la noche, donde
la gente sale reservona hasta los últimos 10 kms y donde no hay adelantamientos
sino abandonos y que, en definitiva, es una carrera de eliminación, que es lo
que es la mítica UTMB, pues difícilmente se puede convertir en deporte olímpico
como tal. Pero incluso carreras de corta distancia y muy explosivas, tipo “up
and down”, tampoco tienen un encaje fácil. Si bien se han hecho enormes
progresos en la cobertura en vídeo y con retransmisión en tiempo real en los
últimos dos o tres años (y tenemos claros ejemplos en las ediciones de 2022 de
Transgrancanaria, Penyagolosa, Zegama o Ultra-Pirineu), todavía hay problemas:
hay que instalar infraestructura para la señal 4G, sigue habiendo muchos puntos
negros y, a pesar del ejército de drones, camera runners y camera bikers, son
sólo un puñado en comparación con el volumen de participantes y sigue habiendo
sitios donde no se pueden meter. Los y las comentaristas, por otra parte, a
pesar de hacer un trabajo excelente con los medios que tienen, no disponen de
suficiente información como para hacer un comentario óptimo: no ven más que lo
que vemos el resto y desconocen a muchos de los y las runners participantes,
porque todavía existe una masa amateur grande. Eso en cuanto a cobertura
mediática. En cuanto a seguimiento in situ, desde la grada, pues eso da para lo
que da. Es cierto que muchísima gente aficionada se congrega en la línea de
salida y meta o en puntos clave del recorrido en UTMB o Zegama, pero más para
vivir el ambiente que para seguir la carrera. Nada que ver con el 10000 en
pista, que ves íntegramente desde el graderío, o la maratón de asfalto, cuyos
pelotones masculino y femenino son seguidos metro a metro por motos con
cámaras, cuyas imágenes se pueden ver desde casa o en pantallas gigantes en la
línea de meta.
Aparte del formato de consumo, si queremos que haya una
modalidad estándar, los criterios han de ser laxos para permitir que la prueba
se pueda realizar en todas las ciudades olímpicas. Quiero decir, si pretendes
que toda carrera de trail salve al menos 1000m de desnivel positivo y que
además tenga un porcentaje máximo de asfalto o pista forestal del 5% y que
además tenga tramos de subida, de bajada y llanos que representen, cada uno, al
menos el 30%, por decir algo, pues quizás va a ser difícil montar recorridos
así en ciertas ciudades.
Ambas circunstancias, que el formato sea de fácil consumo y
que el recorrido tenga un poco de todo, subidas, bajadas, llano y más senda que
pista forestal, apuntan a que ese hipotético trail olímpico sería un sucedáneo,
tal como ha ocurrido con el MTB o la escalada de competición. ¿Te imaginas un
trail que consista en un loop de 5k, al que hay que dar tres vueltas y con
rampas y obstáculos artificiales? No es descabellado: eso ya pasa en MTB y en
escalada.
En última instancia, eso conduciría a una bifurcación del
trail: habría circuitos de carreras y runners de modalidad olímpica y circuitos
de carreras y runners de modalidad silvestre. En escalada, de hecho, ya hay
campeonatos mundiales de rocódromo y gente que se dedica a eso en exclusiva,
sin haber tocado la roca en su vida; y gente muy buena en roca, que sin embargo
se mueve con dificultades en el plafón, pues los rocódromos ya no imitan la
roca, como en sus inicios, ahora exigen movimientos acrobáticos específicos.
En todo caso, un trail olímpico más financiado y más
tecnificado conllevaría también más competitividad. Eso es bueno para el
espectador. Pero, desde la perspectiva de los y las runners pro, eso significa
más presión por parte de los patrocinadores de lograr medallas, peor ambiente y
mayor rivalidad entre deportistas y, sí, también más dopaje. Para rematar,
aunque es verdad que globalmente habría más dinero para el trail, lo habría más
para ese trail de tipo olímpico, pero menos para el trail original de tipo
“asilvestrado”. Es decir, el trail como lo conocemos ahora recibiría menos
inversión pública y privada de la que recibe hoy, eliminando la posibilidad de
vivir del trail en su forma silvestre. El trail silvestre quedaría para los y
las amateurs y sólo cabría ser profesional del trail en la modalidad olímpica
domesticada.
CONCLUSIÓN
El trail running podría ser olímpico. Es una disciplina
reconocida por distintas federaciones, con años de historia y millones de
practicantes en todo el mundo y que observa valores como excelencia y fair
play. Ser deporte olímpico fomentaría una mayor inversión por parte de
organismos públicos y privados, lo que redundaría en una mayor profesionalización
de los y las atletas, lo que a su vez aumentaría la competitividad y
espectacularidad de las carreras. El precio a pagar, sin embargo, es que habría
que transformar necesariamente el formato de las pruebas para hacerlas más
homogéneas y más consumibles. Habría que domesticar el trail, en una palabra.
Igual que en MTB o escalada deportiva, habría trail running en la montaña y
trail running en circuitos semi artificiales, más parecidos al campo a través o
a un bike park. Los y las más fuertes se irían al trail de competición y los
románticos nos quedaríamos en el monte, con las pezuñas bien pegaditas a la
roca. En definitiva, como practicantes, salvo que tengas nivel experto y te
plantees vivir del trail (no creo que estés escuchando esto, en ese caso), la
inclusión en los Juegos no nos afecta mucho. Sí podríamos beneficiarnos de los
desarrollos tecnológicos acelerados que un trail híper-tecnificado traería. Y,
como fans, podríamos disfrutar de carreras 100% televisadas, con alta calidad y
sin perder detalle, y súper disputadas, asegurando el espectáculo; pero, eso
sí, en entornos un tanto enlatados y poco agrestes.
En conclusión y, como respuesta a las preguntas con que
sub-titulábamos el episodio, ¿podemos tener un trail running olímpico? Sí. ¿Queremos?
Esto ya depende de si eres pro, que entonces te tocaría entrenar y competir en
terreno domesticado tipo bike park, o si eres amateur, que entonces te tocaría
ver eso en televisión, aunque tú seguirías corriendo por senderos, pisando
barro, tocando roca y escuchando los pajaritos cantar. ¿Queremos un trail
domesticado?
Corresendas, espero que hayas aprendido y disfrutado a
partes iguales. Si es así, agradezco que te suscribas, comentes y/o compartas.
Puedes también seguirme en Instagram: CorrerPorSenderos, todo junto.
Nos encontramos aquí en siete días, si no antes por el
monte. Hala, a pisar sendas! (pero sendas sendas; de las de verdad, no pistas
forestales bien compactadas… )
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