Episodio 49. Ayuno intermitente. Rendimiento, composición corporal, envejecimiento y cáncer.
(Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/ ) Amanece. Comienza el día. Te pones en movimiento. Haces lo que tienes que hacer en tu jornada; ya sabes, trabajar, entrenar, tareas domésticas, familiares y de gestión. Y, en algún momento, en medio de todo eso, también comes. Quitando esos momentos concretos de alimentación, cuando no estás comiendo ni digiriendo lo comido, haces ayunos. No nos debería sorprender, pues, el concepto de “ayuno intermitente”, ni debería suscitar tanta atracción o aversión como suscita, porque, en realidad, todo el mundo hace ayuno intermitente todos los días. Y es que no comemos cada 2 horas e, incluso si hubiera alguien por ahí que hace tal cosa, no creo que mantenga ese ritmo de ingesta también durante las horas de sueño. Es decir, hasta la persona más glotona, que puedas imaginar, hace ayunos nocturnos a diario de, mínimo, 8 o 10 horas. Tampoco es raro alguien que cene a las 20h de la tarde y desayune a las 8h de la mañana ...