Epsodio 78. “Carbos, prote, grasas, suplementos. Todas las preguntas y respuestas sobre nutrición”
Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/
Supongo que ya sabes que publico píldoras a diario sobre
trail running en el Stories de Instagram. Cada día, busco y leo estudios
científicos sobre fisiología, psicología, entrenamiento y rendimiento en
deporte de resistencia. Cuando encuentro uno interesante, sobre todo cuando se
trata de una revisión de estudios (que dan lugar a conclusiones más robustas),
elaboro una mini-infografía y la publico en forma de Stories. Bien, ¿por qué te
cuento esto? Porque es fascinante comprobar cómo las que tienen que ver con
nutrición o suplementación deportiva son, de lejos, las que más interacción
generan. O sea, puedo divulgar un estudio sobre entrenamiento de alta
intensidad, sobre entrenamiento en calor, sobre cómo medir carga del
entrenamiento, periodización, sobre estrategias de pacing… lo que quieras.
Todas esas Stories pasan sin pena ni gloria por los ojos y cerebros de quienes
me miran las Stories. Ahora bien, cuando se me ocurre publicar algo sobre
creatina, nitratos, gramos de carbohidrato por kg de peso corporal en la
recarga pre-carrera, ratios glucosa-fructosa o jugo de pepinillos, ay amigo…
ahí sí que se lía! Me fascina que la nutrición y suplementación genere tanta
fascinación (valga la redundancia). Mi impresión es que el material, las
dichosas super-shoes, a las que ya dedicamos otro episodio, esas zapas con
mediasuela reactiva, placa de carbono en su interior y geometría agresiva,
también despiertan interés, casi al nivel de la susodicha nutrición y
suplementación. Y mi hipótesis es que estas dos cosas, suplementación y
material, interesan, porque se pueden manejar fácilmente: no hay más que
comprarlo y usarlo. Al mismo tiempo, lo que importa de verdad, que es el
trabajo diario de pico y pala, sostenido durante meses y años sin interrupción,
eso no interesa tanto. No es nada atractivo, no es nada “sexy”, no sale en las
portadas de las revistas de Fitness. Y es que esto otro, el trabajo duro y
consistente, es algo muy sencillo, pero muy difícil de llevar a cabo. No se
puede comprar y usar, hay que ganárselo con el sudor de la frente de horas,
días, meses y años.
Dicho lo anterior, que la nutrición y la suplementación
deportiva despiertan pasiones, curiosamente, creo que seguimos sin tener mucha
idea de cómo funciona el temita en cuestión, que en realidad no es tan tan
complicado. (Quizás es que hay gente interesada en complicarlo artificialmente,
no sé bien con qué objetivo -o puede que sí). En fin, que no me quiero meter en
berenjenales. Como ya hicimos en el episodio sobre el trabajo de fuerza, hoy
vamos a repasar los números concretos. Información accionable. Vamos a
especificar (1) los gramos de carbohidrato y proteína que necesitas en tu día a
día y pre-, intra- y post-carrera, (2) según tu peso, tu nivel de actividad
diario y según la duración de la carrera y (3) los momentos o timing cuando hay
que meterlos. Vamos a ver, también, (4) de dónde puedes sacar dichos carbos y
dicha prote, pues no necesariamente son productos de nutrición y pueden ser
alimentos. Y vamos a hacerlo basándonos en el criterio experto. Ni más ni menos
que en estas fuentes: el “review update” de 2018 de la International Society of
Sports Nutrition, el “consensus statement” de 2019 de la IAAF (Federación
internacional de atletismo) y el trabajo de Louise Burke, catedrática en
nutrición y asesora en varios comités, con 40 años de experiencia, y el de
Asker Jeukendrup, que fue profesor de metabolismo del ejercicio en la
universidad de Birmingham, para convertirse, hoy, en asesor de múltiples
organizaciones, como son el Jumbo Visma Pro cycling, el equipo de atletas Red
Bull o el PSV Eindhoven, además de haber fundado empresas de consultoría, como
mysportscience o CORE Nutrition planning. Casi nada… Hechas las menciones de
rigor, sin más dilación, vamos al turrón.
(Pequeño disclaimer.
Recuerda que, digan lo que digan ciencia y expertos, hay siempre que respetar
el principio N=1, es decir, adaptar las pautas generales a nuestra
individualidad. Venga,
ahora sí: vamos al turrón.)
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¿Qué son los
carbohidratos, las proteínas, las grasas?
Son los tres macro-nutrientes. Se distinguen de los
micro-nutrientes en que los necesitamos en mayor cantidad que estos últimos. En
los macro-nutrientes, las raciones se miden en gramos. En los micro-nutrientes,
que son vitaminas, minerales y fibra, las raciones se miden en mg.
Volviendo a los macros, carbohidratos, proteínas y grasas,
los tres tienen una función energética, o sea, nos sirven de combustible. Pero,
proteínas y grasas, además, tienen una función estructural: forman tejidos o
son base para sintetizar hormonas y neurotransmisores. Algunos aminoácidos de
las proteínas y algunos ácidos grasos son “esenciales” porque debemos
introducirlos sí o sí a través de la dieta, para formar esos tejidos y
compuestos.
¿Cuáles son las
fuentes de carbohidrato?
Los carbohidratos son mayoritariamente de origen vegetal.
También hay algo en la leche, la lactosa, y hay fructosa en la miel. Pero son
excepciones. Dentro de los vegetales, podemos diferenciar los que tienen más
carga de carbohidrato, por un lado, y las verduras, que son interesantes por su
densidad nutricional, pero aportan poco carbohidrato.
Vegetales con alta carga de carbohidrato son: tubérculos
(patata, boniato), cereales (arroz, maíz, avena y productos hechos a base
harina de trigo, como pan y pasta), frutas (pera, manzana, naranja) y productos
hechos con fruta (como mermelada, dulce de membrillo, uvas y ciruelas pasas o
zumos) y legumbres (garbanzo, lenteja, guisante) y productos hechos con
legumbres (como tofu o crema de cacahuete). Las bebidas vegetales también son
una fuente de carbohidrato y además de consumo fácil, cuestión que retomaremos
luego.
Las verduras, como decía, nos van a aportar vitaminas,
minerales, fibra, y con pocas kcal. Pero, no nos van a dar mucha cantidad de
carbohidrato. Aquí están las hojas verdes (lechuga, espinaca, canónigo), las
crucíferas (coliflor, brócoli, lombarda), los pimientos, las berenjenas, el
calabacín, los puerros, la cebolla… etc.
Por último, otra fuente de carbohidrato son los productos de
nutrición deportiva: geles, bebida isotónica, barritas, gominolas. Reservaremos
éstos para entrenos y carreras.
¿Cuáles son las
fuentes de proteína y grasa?
Si obteníamos carbohidratos de los vegetales, proteína y
grasa van a venir, básicamente, de los productos animales. Huevos, lácteos,
carnes, pescados, mariscos, van a ser las fuentes de proteína y grasa
principales. Existen también los batidos de proteína, pero, en principio, mejor
reservarlos para post-entrenos y post-carreras.
¿Qué pasa si hago
dieta vegana?
Respecto a la proteína, tendrás entonces que tirar de
legumbres y productos con base de legumbre, como guisantes, cacahuetes, tofu,
humus, soja texturizada. Tendrás, seguramente, que combinar varios vegetales
para conseguir tener todos los aminoácidos esenciales; porque -exceptuando la
soja- los vegetales suelen tener peor aminograma que los productos animales.
Por otro lado, los frutos secos tienen también una porción relevante de
proteína. Ah, y los champiñones y las setas, injustamente olvidados.
Respecto a las grasas, aceite de oliva, aguacate, coco y
frutos secos, son productos vegetales con alto aporte de grasas. Eso sí,
ninguna de ésas tiene omega 3, los ácidos EPA y DHA tan interesantes. Y, como
aclaramos en el episodio sobre veganismo, las semillas de lino y chía tampoco
tienen omega 3 biodisponibles: tienen ácidos ALA, con una bajísima tasa de
conversión a EPA y DHA. Los vegetales grasos tampoco contienen colesterol, que
pese a ser una molécula con inmerecida mala fama, es el precursor de
estructuras vitales, como las hormonas esteroideas (donde están la
testosterona, el estrógeno y el cortisol), la vitamina D y las membranas
celulares.
Resumen: ¿Cómo vamos a
jugar con los alimentos para obtener macro y micro nutrientes?
Patata, arroz, pasta, maíz, avena, fruta, mermelada, miel,
bebidas vegetales, etc. nos darán carbohidrato en cantidad. Huevos, lácteos,
carnes, pescados, mariscos, nos darán proteína y grasa en cantidad. En dietas
veganas, recurriremos a lentejas, guisantes, tofu, soja texturizada, crema de
cacahuete, aguacate, etc. para ese mismo fin. Emplearemos las verduras (hoja
verde, crucíferas, pimientos, calabacín… ) para obtener vitaminas, minerales y
fibra.
Emplearemos los productos de nutrición deportiva (geles,
bebida isotónica, barritas, gominolas), para intra-entrenos e intra-carreras, y
los batidos de proteína, para post-entreno y post-carrera.
¿Cuánto carbohidrato
meter en mi dieta regular?
Aquí ya acudimos a las recomendaciones del consenso de la
IAAF de 2019, que además firma Louise Burke como primera autora. Vamos a hablar
de gramos de carbohidrato por kg de peso corporal. O sea, los números que voy a
decir, tendrás que multiplicarlos por 55, 65, 75 o los kg que peses. Bien, en
la dieta regular de una persona sana y que practica deporte endurance, 3 a 5
gramos/ día se considera dosis liviana, 5-7 gramos es moderada, 8 gramos es
alta y todo lo que pase de 8 es muy alta. Recuerda que hay que multiplicar eso
por tu peso corporal. Con 60kg de peso, una dosis liviana de carbohidrato
serían 250g/ día; una dosis moderada serían 400g/ día; una dosis alta serían
500-600g/ día.
¿De qué depende que
deba apuntar a dosis livianas, moderadas o altas?
De tu nivel de actividad habitual. Según los baremos de
Burke y colegas, cantidades moderadas (esos 5-7g por kg de peso corporal y por
día) se recomiendan para personas que entrenan endurance 1h al día. Cantidades
altas (en torno a 8g por kg de peso y día) se recomiendan para personas que
entrenan 3h al día, que es lo que puede estar entrenando un o una profesional
que corre maratones de montaña. Cantidades muy altas (más de 8g por kg de peso
y día) se recomiendan para gente que entrene 4-5 horas al día, régimen que -entiendo-
sólo alcanzan ciclistas y triatletas profesionales.
¿Debo periodizar los
carbohidratos, según mi nivel de actividad de ese día en particular?
Idealmente, el panel de expertos recomienda ajustar kcals y
cantidad de carbos a la carga de entrenamiento. Así como la carga varía dentro
del micro-ciclo, entre micro-ciclos y entre meso-ciclos, convendría adecuar
nivel de kcals y carbos a la misma. Traducido a la práctica, se trataría de
comer un poco más y con algo más de carbohidrato, cuando estés entrenando más
duro, y lo contrario, bajar ambos niveles en periodos de pre- o post-temporada
o lesión. En estancias en altura tocaría, por supuesto, subir kcals y ración de
carbos.
Respecto a seguir dietas low-carb y hasta cetogénicas
durante ciertos periodos, si bien tienen potenciales beneficios muy
interesantes para poblaciones con ciertas patologías (como diabetes tipo 2 u
obesidad), la evidencia parece cada vez más sólida en contra de estas dietas en
atletas de resistencia.
La lógica dice que, si mi prueba se corre en Z1-Z2, según un
modelo de 5+2 zonas, es decir, la voy a correr tirando de metabolismo oxidativo
de las grasas, una dieta basada en grasas sería la ideal. Y, sí, obviamente, si
eliminas carbohidrato de la dieta, al hacer ejercicio, la oxidación de grasas
cobra todo el protagonismo, en detrimento de la glucólisis. Pero (1) eso no se
traduce en mejor rendimiento y (2) eso incluso puede “deshabituar” al cuerpo a
usar ese otro metabolismo (lo que técnicamente significa que ciertos
transportadores y enzimas disminuyen, reduciendo la efectividad del motor
glucolítico), de modo que, cuando retomemos una dieta high-carb, tardemos en
notar los beneficios.
Dicho esto, sí cabría hacer algún entreno puntual con el
glucógeno bajo o depletado o un entreno muy largo sin reponer. Eso podría
potenciar el metabolismo oxidativo, tan importante en larga distancia,
aumentando ciertos transportadores y enzimas, masa y función mitocondrial, etc.
Pero, igual que la alta intensidad, hay que manejar esto estratégicamente.
¿Qué fuentes podrían
darme esos gramajes de carbohidrato?
Hemos hablado de cantidades de 5-7g por kg de peso y día,
como dosis moderada para quienes entrenan 1h diaria, y cantidades de 8g y para
arriba, para quienes hacen 20-25h/ semana, que es un nivel de actividad sólo
factible en profesionales. Si pesas 60kg de peso, esos baremos corresponden a
unos 350-400g de carbos/ día y a unos 500g/ día.
Un plato de porridge de avena te puede dar unos 50g. Dos
rebanadas de pan, 30g. Dos vasos de arroz cocinado, 80-90. Una lata de maíz
dulce, 20. Una lata de guisantes, 10. Dos tomates frescos, 10-15g. Dos
zanahorias ralladas, otros 15. Tres patatas medianas cocinadas, 100g. Dos
manzanas medianas, 40g. Un plátano, 30. Dos vasos de bebida vegetal, otros 30.
Todo lo que acabo de enumerar, junto, sumaría más de 400g de carbohidrato.
Repartido en tres comidas, desayuno, comida, cena y tal vez algún snack, no
parece un menú demasiado disparatado.
Obviamente, esas fuentes de carbohidrato irían acompañadas
de otros alimentos, que podrían aportar un poco más de carbos, y, sobre todo,
proteína, grasa, más sabor, color y variedad. Por ejemplo, esas zanahorias, esa
lata de maíz y esos tomates, podrían combinarse con lechuga, cebolla, aceitunas
y atún, en una ensalada.
¿Cómo hacer carga de
carbohidrato pre-carrera?
Para carreras de hasta 90 minutos, el panel liderado por
Burke recomienda meter 7 a 12g por kg de peso, el día anterior a la prueba.
Para carreras que superen los 90 minutos, sugieren 10 a 12g por kg de peso,
tanto a dos días de la prueba, como el día antes de la prueba. (La verdad es
que a mí, que llevo una dieta moderada en carbohidrato y que hago ayuno
intermitente y como sólo una vez al día, meterme 2500kcals en carbohidrato de
una sola sentada me parece una locura… En fin, aprovecho para recordar que esto
son las recomendaciones y que están pensadas para atletas con niveles altos de
entrenamiento y que aspiran a cierto nivel de rendimiento. N=1, habrá que
adaptarlo a cada individualidad.)
Un punto importante es que, en esas comidas de carga
pre-carrera, minimizaremos grasa y fibra y utilizaremos alimentos testados con
anterioridad. La grasa añade kcals al plato y retrasa vaciado gástrico, lo que
retrasa la digestión y procesado de los alimentos. La fibra añade volumen a la
comida y retrasa también la digestión. Me consta, aparte, que, hacer la carga
con pasta puede ser más problemático que con patata o arroz por el gluten,
incluso en personas que no tienen intolerancia. Otro truco para meter más
carbohidrato sin llenarse, y sin los problemas de la grasa y la fibra, son los
zumos y las bebidas vegetales.
Por fin, respecto a si merece la pena depletar glucógeno,
días previos a la carrera, para luego lograr una super-compensación (lo que se
conoce como “protocolo escandinavo”), se ha visto que no funciona. Así pues,
mantendríamos cantidades normales de carbohidrato/ día, hasta ese día o esos
dos días de carga.
¿Cómo hacer desayuno
pre-carrera?
Precisamente, fue la respuesta a una Stories sobre el
desayuno la que ha motivado el episodio. Os cuento. En esa Stories, yo proponía
no desayunar el día de carrera y, si acaso, tomarte un gel, en el mismo arco de
salida, unos pocos minutos antes del pistoletazo. Y es que ocurre que (1) a la
mañana te levantas con el glucógeno muscular a tope, porque tus músculos no se
han movido apenas, estando en la cama, (2) tu glucógeno hepático está al 70% de
su capacidad, porque sólo ha necesitado gastar ese otro 30% en la actividad del
cerebro, y (3) si, tras comer una ración generosa de carbohidratos no te
mueves, la hiperglucemia consiguiente se mitiga con una respuesta insulínica
proporcional, que deriva en hipoglucemia. El músculo en movimiento capta la
glucosa sin mediación de la insulina. Pero, sin actividad física, esa glucosa
en sangre, que ahora no nos sirve para nada, se tiene que corregir con una
respuesta insulínica, que lleve esa energía a guardar. Esa hipoglucemia se
puede evitar, si comes 3 o 4h antes de la salida, lo que es poco práctico y,
además, te va a robar horas de sueño, que seguramente es mucho más determinante
en el rendimiento que 30g más o menos de glucosa.
Entonces, sabiendo todo esto, el protocolo que tiene sentido
es éste. (1) Si puedes desayunar 3h antes de la carrera sin perjudicar el
sueño, desayuna. (2) Si no puedes desayunar con tanta antelación, no tomes nada
antes de carrera o, si acaso, un gel en el arco de salida unos minutos antes
del pistoletazo. (3) Si psicológicamente no puedes tolerar ir con -entre
comillas- los depósitos vacíos (y digo entre comillas porque no lo están) y, si
has probado que desayunar no te genera molestias, desayuna. (4) En este último
caso, desayuna carbohidratos limpios, sin grasa ni fibra. Rebanada de pan
blanco con mermelada y café con cucharada de azúcar, por ej.
¿Cuánto carbohidrato
meter en carrera?
Aquí las recomendaciones de Burke y compañía son, de nuevo,
muy certeras. Hay que aclarar que, en este apartado, las pautas son de g/h, con
independencia del peso corporal. Bien, pues las pautas son: en actividades de
hasta 45’, no hace falta tomar nada durante; en actividades entre 45’ y 1h15,
bastaría con enjuagues, o sea, bastaría con dar un sorbo al isotónico o la
bebida deportiva y escupirlo (esto tiene bastante evidencia y se explica porque
hay receptores al carbohidrato en la boca y su estimulación le hace pensar al
cerebro que está entrando energía, aunque no entre de verdad, pero igualmente
nos da un boost); en actividades de entre 1h y 2h30, de 30 a 60g/h de carbos;
en actividades de más de 2h30, 90g/h.
Tres matizaciones. Por un lado, tipos de glucosa y ratios
glucosa-fructosa. Hay que saber que glucosa, maltodextrina, amilopectina y
ciclodextrina son todas formas de glucosa, es decir, carbohidratos formados por
moléculas de carbono, hidrógeno y oxígeno. Cambia la estructura como esas
moléculas se organizan y la osmolaridad, que a su vez afecta al vaciado
gástrico y el transporte a la sangre desde el intestino. Supuestamente,
ciclodextrina sería mejor que amilopectina, ésta mejor que maltodextrina, y
ésta mejor que la glucosa. Sea como sea, la mayoría de marcas trabajan con
maltodextrina, incluida la todopoderosa Maurten.
Es más importante la ratio glucosa-fructosa o
maltodextrina-fructosa, creo yo. Si vamos a meter 60g/h o menos, la tasa de
absorción de glucosa del organismo es de 1g/min, de modo que podríamos tomar
solamente glucosa o maltodextrina sin problema. Si vamos a superar ese umbral,
si vamos a meter 70, 80, 90g/h, entonces ya sí hay que considerar la ratio. La
ratio ha de ser 2:1 maltodextrina-fructosa. Y es que la tasa de absorción de la
fructosa es de 0.5g/min, que es justo la mitad que la de la glucosa. De ahí esa
relación 2 de malto por 1 de fructosa. Esas nuevas ratios 1:0’8 o incluso 1:1
sólo tienen sentido para ingestas “nivel dios”, de 120g/h o más, que yo no se
lo he escuchado ni al más “pro” entre los “pros” del trail running.
Otro matiz es el entrenamiento del sistema digestivo.
Incluso para llegar a tasas de 60g/h (y ya no digamos 90g/h) hace falta
entrenarlo. Hace falta entrenar el apartado palatabilidad, el apartado mecánico
y el metabólico. Es decir, hay que acostumbrarse a comer, aunque no apetezca, a
llevar la barriga llena y a absorber toda esa cantidad de carbohidrato. Eso se
logra (1) haciendo ensayos (comiendo en entrenos las cantidades y productos
concretos que comerás en carrera) y (2) aumentando la cantidad de carbohidrato
en tu dieta, porque así aumentan los transportadores y enzimas
correspondientes.
Una última cuestión es si se puede lograr lo mismo con
alimentos en lugar de productos. Esto es, si cabe meter 30g/h, 60g/h o cosa
así, a través de alimentos. Pues, seguramente existen múltiples opciones y,
aquí, los y las nutris seguro que conocen miles de trucos buenos y baratos,
pero yo voy a proponer dos (que he utilizado cuando mi agenda estaba menos
ocupada y podía embarcarme en actividades de 6-8h en alta montaña). Por un
lado, sándwich de dulce de membrillo. Tomas dos rebanadas de pan blanco,
colocas una loncha de membrillo del mismo tamaño en medio, cortas en cuatro
trozos, los envuelves en papel de cocina. Si la loncha de membrillo es gorda,
por cada cuadradito, tienes 35g de carbohidrato, que vienen del almidón del
pan, de la fructosa del membrillo y del azúcar que se les añade a ambos
alimentos. También tienes sodio de la sal que se le añade al pan (más adelante
veremos por qué el sodio puede ser interesante). Además, estos cuadraditos son
relativamente fáciles de llevar y de consumir, al menos, si vas a ritmo
ultrero... Una pega es que el pan tiene una pizca de grasa (porque se le añade
aceite vegetal) y de fibra. Son porciones muy pequeñas, pero el riesgo está
ahí. El otro truco que quería compartir es el agua de coco, en sustitución de
la bebida isotónica. Trae 26g de carbohidrato por cada 500ml. También tiene sal
naturalmente presente. Una ventaja adicional de estos cuadraditos, haciendo las
veces de barritas, y esta agua de coco, haciendo las veces de drink mix, es que
son infinitamente más baratos que los productos de nutrición deportiva.
¿Cómo recargar
glucógeno post-carrera?
También aquí Burke, Jeukendrup y colegas plantean pautas muy
concretas. Antes de entrar en ellas, hay que hacer una nueva matización. Tratar
de hacer un recovery perfecto tiene sentido sólo si vas a hacer una segunda
sesión de entrenamiento en el día o estás haciendo una carrera por etapas. Si
no estás en ninguna de esas situaciones, tu dieta normal ya servirá para
rellenar glucógeno. Si quieres hacerlo perfect, porque mañana tienes etapa,
entonces apunta a 1 o 1.2g de carbohidrato por kg de peso corporal, en la
ventana de 4h post-carrera.
¿Cuánta proteína meter
en mi dieta regular?
Volvemos a hablar de gramos por kg de peso corporal y por día. Aquí la recomendación para deportistas de endurance es entre 1.5 y 2g. Te aproximarás más a esos 2g, si estas tratando de ganar masa muscular o de perder grasa. En todo caso, pasar de 2.4g/ día parece no tener beneficios adicionales.
¿Qué fuentes podrían
darme esos gramajes de proteína?
Media pechuga de pollo puede darte unos 80g de proteína. Una
tortilla de tres huevos, 20g. Un par de latas de atún al natural, otros 20. Un
bloque de tofu que cocines a tu gusto, 30g. Una ración de soja texturizada, lo
mismo.
Si pesas 60kg, metiendo esa media pechuga en la comida y esa
tortilla de atún, en la cena, sumarías exactamente 120g, que serían 2g por kg
de peso corporal de proteína. Si tomas un plato con tofu, otro con soja
texturizada, tanto para comer como para cenar, ya tienes también esos 120g.
¿Debo meter proteína
alrededor del entrenamiento o la competición?
Ni antes ni durante sería necesario. Salvo que estés
haciendo una actividad física de demanda sobre-humana, como una ascensión
invernal a un ochomil en un solo push de varios días non-stop, que ya tirarías
de grasas, glucógeno y aminoácidos, degradando el músculo, no hace falta meter
proteína antes ni durante. Después de la actividad tiene sentido, sólo si vas a
hacer una segunda actividad en el día o al día siguiente. En ese caso, se
recomienda meter 0.5g por kg de peso corporal, en la ventana de 4h posteriores
a la actividad realizada.
Un truco muy habitual entre ciclistas para hacer recovery,
bien sencillo y bien barato es éste. Leche desnatada con el cacao en polvo que
todos conocemos, sea el que va en envase amarillo y rojo o el que va en envase
amarillo y azul. La leche desnatada tiene 4.9g de carbos y 3.2g de prote por
cada 100ml. Un vaso de 250ml te daría, por tanto, 12 y 8g de carbos y prote,
respectivamente. El Colacao (uy, he dicho la marca) añadiría 14g y 1g de carbos
y prote a ese vaso. Total: 26g de carbohidrato y 9 de proteína por vaso. Para
alcanzar las recomendaciones y si pensamos 60kg, el recovery ideal serían dos
vasos y medio. Una vez más, bueno, bonito y barato. En dietas veganas, la leche
sería bebida vegetal: leche de soja, avena, arroz, almendra.
¿Cuánta grasa meter en
mi dieta regular?
Las pautas son entre 0.8 y 1g de grasa por kg de peso
corporal y día. Irás más a 0.8, en momentos cuando estés queriendo bajar de
peso, y a 1g, en condiciones normales.
¿Debo meter grasa
alrededor del entrenamiento o la competición?
Como venimos explicando, no sólo no hace falta, sino que
está terminantemente prohibida. Retrasa la digestión y lo que queremos en
carrera es (1) disponer de la energía, cuanto antes, y (2) no tener que derivar
mucha sangre al proceso digestivo, que entonces será retraída de los músculos
que soportan el correr.
¿Qué suplementos
pueden ser interesantes para entrenos y carreras?
Como dije, cuestión que levanta pasiones. Espero que nadie
se me eche encima por cosas que voy a decir. Que conste, eso sí, que me basaré
en recientes revisiones de estudios. Repasemos suplementos desde los que está
justificado comprar y consumir hasta los que no.
Primer puesto de la lista: carbohidratos y proteínas en
forma de geles y bebidas. Según vimos, durante carrera, son interesantes los
carbohidratos, y post-carrera, los carbohidratos y las proteínas, si queremos
un recovery rápido. Por comodidad, cabe tirar de geles e isotónico, para lo
primero, y batidos, para lo segundo. Eso sí, cosas como sándwiches de
membrillo, agua de coco y leche desnatada con Colacao, hacen el mismo trabajo
por una fracción del precio.
Segundo puesto de la lista: cafeína. La evidencia es
contundente a favor de los efectos ergogénicos de la cafeína, si se toman dosis
de 3 a 6mg por kg de peso corporal, unos 200 a 400mg en total. De nuevo, puedes
comprar productos con cafeína o, sencillamente, tomarte un par de cafés espresso.
Hemos dicho geles y bebidas con carbohidratos y/ o proteína
y cafeína. Bien, pues no hay más suplementos para el rendimiento en endurance,
a juzgar por la evidencia. Ni creatina ni los nitratos ni el bicarbonato de
sodio. En cuanto a la creatina, una revisión de 2023 de 13 estudios, no vio que
tomar creatina durante días, antes de la actividad, mejorase el rendimiento en
running, natación o ciclismo. Sí vio algo de beneficio en remo, en pruebas
cortas y donde fuerza y potencia tienen un papel importante. En cuanto a los
nitratos, una revisión de 2020 de 27 estudios, encontró que los nitratos,
tomados durante días, antes de una actividad de correr o ciclismo, no mejoraron
el tiempo hasta la extenuación o el tiempo en time trial, más que en 8 de esos
27 estudios. En todo caso, la mejora fue de segundos. Por fin, en cuanto al
bicarbonato de sodio, una mega-revisión de 2021 de 65 estudios encontró que
dicho suplemento mejora el rendimiento, sí, pero en actividades de entre 45
segundos y 8 minutos; actividades, por tanto, muy “anaeróbicas” -podemos decir.
¿Y qué hay de las famosas
pastillas de sales?
Enseguida voy a explicar la base de lo que voy a decir, pero
te digo ya que, salvo situaciones muy muy concretas, las famosas pastillas de
sales no hacen falta. Sí, soy consciente del bombazo que acabo de soltar. Esta
conclusión está elegantemente demostrada en el artículo “Modelling sodium
requirements of athletes across a variety of exercise scenarios”. Lo que hace
su autor, McCubbin, es imaginar distintas situaciones, que se pueden dar en
carrera, y calcular cuándo sí y cuánto sodio habría que tomar. Intento
explicarlo rápidamente.
Primero, hay que saber que perdemos agua y sodio en el
sudor, que esa agua sale de la sangre y que perder agua por un 2% o más del
peso corporal supone una merma notable en el rendimiento y riesgo para la
salud. También hay que saber que, con independencia de las condiciones
ambientales, hay personas que sudan más y menos y personas con sudor con más y
menos contenido de sodio. Considerando todo eso, el resultado de los cálculos
de McCubbin es: tanto en un partido de fútbol como en una maratón de asfalto,
no hace falta meter sodio; ahora bien, en una ultra de 100M, cuando la persona
es “salty sweater” (o sea, su sudor contiene bastante sodio) y cuando está
logrando reponer el 80% o más del líquido perdido, ahí sí habría que meter al
menos el 50% del sodio perdido. En fin, sólo cuando (1) la actividad es muy
prolongada, (2) tu sudor es bastante rico en sodio y (3) estás consiguiendo
reponer buena parte del líquido que pierdes, hace falta tomar sodio.
Y es que, la clave y la explicación a la temida
hiponatremia, no es el sodio que metes, sino el líquido que metes. La
hiponatremia se da cuando la sangre tiene muy baja concentración de sodio, pero
se produce, no por no tomar sodio, sino por meter tanta agua que la ratio de
sodio se desploma. O sea, si bebes y bebes sin parar, entonces ya sí hay que
empezar a pensar en el sodio. Pero, ¿qué pasa en carrera? Que rara vez logras
beber tanto como para reponer el líquido perdido: llegamos a meta con cierta
deshidratación, de hecho.
Entonces, ¿para qué sirve la sal que contiene lo que comes y
bebes? Pues, no tanto para reponer sodio, que ya hemos visto que no es un
problema real en el 99% de los casos, sino para (1) darte sed y motivarte a
beber para nunca llegar a ese déficit del 2% y (2) para mitigar el empacho de
dulce, que tienes por tomar tanto carbohidrato, especialmente fructosa.
Por cierto, si aún te quedan dudas de la pertinencia o no de
meter sodio en carrera, el mismo autor, McCubbin, tiene una revisión de 2018 de
cinco estudios en triatletas, ciclistas y runners. En dichos estudios, se hace
una competición o un time trial, pruebas de entre 2, 6 y hasta 10h, bajo dos
condiciones: en una, tomando sodio, en forma de pastillas o en el isotónico; en
otra, tomando pastillas e isotónico “placebo” (es decir, con mismo aspecto,
pero sin sodio dentro). Las dosis fueron de entre 300 y 900mg/h, según el
estudio. En cuatro de los cinco estudios no hubo diferencia entre condiciones
en el rendimiento. En el que mostró diferencias, que fue en un medio-Ironman,
el beneficio en el rendimiento a favor de la condición con sodio fue del 7%.
¿Qué suplementos
pueden ser interesantes para el día a día?
Vitamina D y magnesio. Con independencia de que seas
deportista de resistencia o no, parece ser que buena parte de la población
tenemos déficits de ambos. En este punto, me baso en el criterio de la doctora
en medicina, experta en microbiota y sistema inmunitario y divulgadora de salud
a través de su podcast Slow Medicine Revolution, Sari Arponen.
CONCLUSIÓN
Mira que la nutrición y suplementación deportiva despierta
interés y dudas… De hecho, puedes hacer una pequeña búsqueda, en Spotify, para
ver que hay un buen puñado de podcasts dedicados en exclusiva a la materia. Un
episodio semanal de 20’ hablando de carbos, prote, grasas, suplementos, recarga
de hidratos, desayuno precarrera, déficits calóricos, ratios
maltodextrina-fructosa, recoveries… La última evidencia sobre X, la última
evidencia sobre Y… A ver, a mí también me interesa esta materia; no en vano, he
invertido tiempo de estudio para documentar este episodio y otro tanto para
redactarlo, grabarlo y editarlo. Pero no sé si de veras da tanto de sí, si el
hype que parece haber entre el mundillo del deporte endurance está justificado…
No tengo la respuesta. Sí he intentado dar respuesta a lo que -me parece- son
dudas habituales en cuestión de nutrición y suplementación deportiva. Y, para
ello, he acudido a referentes en el campo, como son Louise Burke y Asker
Jeukendrup y las recomendaciones de paneles expertos.
Corresendas, espero que hayas aprendido y disfrutado, a
partes iguales, tanto como yo al preparar el episodio. Si fue así, haz alguna
de estas cosas para apoyar este podcast, que no me da un céntimo y, sí, me
cuesta tiempo, esfuerzo y el pago del hosting. Suscríbete en la plataforma que
uses, deja unas estrellitas en Apple Podcast o Spotify, deja un comentario en
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píldoras sobre trail running y running a diario en Stories.
Nos encontramos aquí en unos días, si no antes por el monte.
Hala, a pisar sendas! (ya sea con geles, isotónico, membrillo, agua de coco o
en ayunas!).
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