CRÓNICAS TRAIL. Epic Trail Villa de Cartes '24. Experiencias y aprendizajes
Autor: Héctor García Rodicio https://www.instagram.com/correrporsenderos/
Hoy toca hablar de carreras. En este caso, Epic Trail Villa
de Cartes: carrera, no súper importante, pero en la que pude participar,
disfrutar y aprender, porque para eso yo corro carreras. Desde luego, no las
corro para ganarlas: yo hice 3h27, Xabel Guiu, primer clasificado, me sacó 1h;
Oihana Kortazar, primera clasificada, me sacó 45'. Bueno, enseguida entramos en
cuestiones técnicas, no me quiero adelantar.
Antes, establezcamos el objetivo del episodio y la tabla de
contenidos. El objetivo es explicar cómo enfoqué y cómo desarrollé mi carrera,
pues estoy seguro de que te va a dar, si no trucos que aplicar, sí cosas en las
que pensar. Y es que, como verás, mi preparación y mi estrategia de carrera
fueron bastante heterodoxas y muy poco convencionales.
En cuanto a contenidos, abordaremos estos puntos: ficha
técnica de la carrera, mi preparación, mi estrategia de carrera, material
utilizado, estrategia nutricional, desarrollo de la carrera, conclusiones.
Venga, sin más dilación, vamos al turrón.
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Ficha técnica
Epic Trail Villa de Cartes, en Cantabria. 27K con 1600m+ y
otros tantos negativos. Desde un punto de vista macro, el perfil es salir del
pueblo de Cartes, a 40msnm, subir hasta la cima del monte Ibio, a 800msnm, y
regresar a Cartes. Si miramos el perfil a nivel más microscópico, entonces
vemos de dónde salen esos 1600m+: en realidad, no es subir y bajar, sino que en
la subida hay intercaladas varias bajadas y en la bajada, varias tachuelas.
Aparte, la subida se inicia en la cara norte, pasa al lado sur en un tramo
intermedio, y desde que se hace cumbre, el regreso al pueblo se hace ya todo
por el norte.
Respecto a tecnicidad, es un monte de roca arenisca, con
algún afloramiento de caliza. En principio, no es terreno muy técnico. Pero, sí
hubo dos bajadas que yo calificaría de bastante técnicas (de hecho, en una de
ellas pude ver y escuchar el “katakrok” de un esguince, que se hizo un chico de
Asturias -se esto porque vestía la camiseta de la FEMPA). Y, aparte, estaban
todos los tramos de barro, algunos tan profundos y pastosos, donde podías
llegar a perder la zapatilla (también pude ver esto en una chica que hacía la
modalidad senderista) y todos los cruces de arroyos, con piedras muy pulidas y
resbaladizas. En fin, un recorrido donde no hay lugar para el aburrimiento.
Un último dato de la carrera es que tuvo unas cuantas "estrellas invitadas". Locales, estuvieron Borja Fernández, que nos ha representado múltiples veces en mundiales y europeos, y Carmen Pérez, del GM Orza, una habitual en los podios de las carreras de la región, especialmente las verticales. De Asturias y País Vasco, vinieron -respectivamente- Xabel Guiu y Xuan Calderón y Oihana Kortazar y Ainara Urrutia. Hubo también mucha gente de Valladolid, pues la tienda Solorunners fue uno de los patrocinadores. (Por cierto, aprovecho para dar las gracias a los dos escuchantes que me vinieron a saludar -disculpad que no me sepa vuestros nombres- y también doy las gracias a -espero haber identificado bien vuestros nombres en la clasificación- Andrea y Jose Manuel, del club KV Torrelavega, con quienes compartí buena parte del recorrido y, también, escuchantes del podcast.)
Preparación
Empezamos con la chicha; “la carne y las patatas” -que dicen
los anglosajones. En el episodio donde hablamos de entrenar con poco tiempo, ya
dije que yo corro speedtrails (10K con 500+, 12K con 600+, 15K con 750+) y, como
máximo, media maratón (21K con 1000+, 19K con 1300+). Corro eso porque, como
aclaramos en dicho episodio, debe haber cierta proporcionalidad entre el
volumen (en horas, kilómetros, desnivel) de la semana o semanas pico de entrenamiento
y la carrera. En montaña, en distancias hasta maratón, más o menos, se suele
hacer 2x la distancia y 1.5x el desnivel de la carrera, en esas semanas pico.
Así, la gente que hace maratón suma 90-100K y 3500-4000m+ en las semanas altas.
La gente que prepara medio maratón, unos 45K y unos 2000+/ semana, que es lo
que vengo acumulando yo.
Entonces, conociendo esa ratio (que, en tus semanas altas,
idealmente, has de sumar 2x la distancia y 1.5x el desnivel de la carrera
objetivo), ya podemos ver una primera cosa interesante: para este Epic Trail,
yo me he saltado la norma. Mis semanas no han pasado de 45-46-47K y
1900-2000-2100+ y unas 4h-4h15 de actividad total. Con eso, como estamos
comprobando, se puede llegar a preparar una carrera de 27K, 1600+ y que toma
más de 3h.
Otra cosa interesante y que, quizás, te deje turulato
perdido o turulata perdida, es que mis salidas más largas han sido de 1h y las
más habituales, de 30-40'. Por agenda, mi entreno habitual es de 7K con 350+ y,
mi tirada (entre muchas comillas) "larga", de 10K con 500+. Y es que,
hasta aquí, habíamos hablado de volumen, pero no de frecuencia. Ese volumen de
45K y 2000+ para preparar media maratón de montaña debería repartirse en dos
salidas cortas y una larga. ¿Por qué? Pues para tener la experiencia de correr
durante 1h30, cosa así, y, sobre todo, de haberle metido al cuerpo desniveles
negativos importantes. Es necesaria esa experiencia tanto para el apartado
metabólico como el psicológico y el muscular (apartados que retomaremos en un
punto posterior). En fin, no intentéis esto en casa, pero a mí me valió.
Y, para rematar, otro principio del entrenamiento, que me
pasé por el forro del abrigo, es la especificidad. ¿A qué me refiero? Pues a
que, durante la fase de preparación de una carrera, debemos entrenar, en la
medida de lo posible, las condiciones concretas de esa carrera. En concreto, si
va a tener subidas largas donde vamos a caminar, lo suyo es hacer subidas
largas caminando, en el entrenamiento. ¿Qué hice yo en mi preparación? Todo
correr, fuera llano, subir o bajar, y sólo en la semana misma de carrera, me
acordé del principio de especificidad y se me ocurrió caminar cuesta arriba en
tres de mis entrenos. De nuevo, no repliquéis esto. Como estamos viendo en este
episodio, parece que represento aquello de “consejos vendo y para mí no tengo”…
Estrategia
Por definición, una estrategia es un medio para alcanzar un
fin. Y mi fin, en este caso, era simplemente completar la carrera, corriéndola
con buenas sensaciones y acabando entero y con alguna bala en la recámara; es
decir, no fundido por completo y pudiendo hasta esprintar en la recta de meta (al
estilo Zach Miller en UTMB2023).
El plan es, por tanto, correr, en el llano, sin pasar de
zona 2 de pulsaciones (según un modelo de 5+2 zonas) y, en subidas, correr-caminar
sin pasar de zona 3. En fin, ir bastante tranquilo, para lo que voy a mantener
una respiración calmada y acompasada. Otro elemento fundamental, para acabar de
una pieza la carrera, es no calentarme en las bajadas, es decir, bajar con
zancada corta, porque alargarla es lo que más machaca la musculatura
excéntrica.
Como la idea es, simplemente, hacer y terminar la carrera
con buenas sensaciones, no me coloco delante en la línea de salida. Tampoco me
aprieto en los primeros 2K llanos, que hay de aproximación a la base del monte,
porque no tengo necesidad de coger buena posición, antes de que el recorrido
pase a ser “singletrack” o sendero único, donde sólo cabe una persona.
Material
Seguimos rompiendo las reglas. Ya sabemos que nunca hay que
estrenar material el día de carrera. Ni siquiera unos calcetines. Pero, mirando
las Stories de la organización los días previos, donde muestran cómo van las
labores de balizaje, veo que hay un barrizal importante. Y, así, el mismo día
antes de carrera, decido pasar por Decathlon a comprar las Evadict XT8, que
son, para entendernos, unas Salomon Speedcross a precio popular de 79eur. Vaya,
que tienen taco profundo de 5mm y con geometría agresiva para terreno graso. Me
compro también unos calcetines de gama media, de color a juego con las
zapatillas. El único uso que puedo hacer de ese “combo” zapas-y-calcetos nuevo
son dos paseos perrunos, uno de 1h, la tarde de la víspera, y otro de 2h,
previo a la carrera.
Y ¿qué hay del resto del material? La organización pide,
como obligatorio, ropa y calzado adecuado para la actividad y, aparte, chaqueta
cortavientos con capucha, bidón de 500ml, teléfono, manta y silbato. Y, como
material recomendado, propone camiseta térmica, bastones y guantes. Y es que,
efectivamente, la meteo prevista es de bastante fresquete: 6 grados, en el
pueblo de Cartes, y hasta -2 grados, en la cumbre de la montaña (no es que
AEMET dé un parte específico para el monte Ibio, pero cabe mirar la previsión
en Reinosa, que es un pueblo de Cantabria, no muy lejos del monte en cuestión y
a la misma altura: 800msnm).
Entonces, ¿qué llevo yo exactamente? Camiseta térmica y
chaqueta cortavientos. Pantalones cortos y las ya mencionadas Evadict XT8. No
llevo bastones porque no los uso en entrenamientos y ni siquiera tengo. (En
este punto, sí que sigo el principio de especificidad.) Manta y silbato me
entran en los bolsillos del pantalón. El teléfono, no, y decido llevarlo en una
riñonera Kalenji; lo que resulta un error, porque me fue bailando arriba y
abajo toda la puñetera carrera. Luego doy algún detalle más. También me llevo
un Buff, porque, llegado el caso, cabe quitarlo fácilmente y enrollarlo en la
muñeca, como así hice cuando llegué a la ladera sur del monte y el sol pegaba
bien.
Nutrición
Aquí, si no lo ha hecho antes, sí que te va a explotar la
cabeza. O, al menos, sí vas a levantar una ceja al escuchar mi estrategia
nutricional. ¿Carga de hidratos el día previo? Nop. ¿Desayuno pre-carrera? Nop.
¿Nutrición e hidratación en carrera? Nop. Me explico.
Por supuesto, conozco las recomendaciones y la base
científica de las mismas. De hecho, en un episodio reciente revisamos el
trabajo de expertos reconocidos, como son Louise Burke y Asker Jeukendrup. (Por
cierto, buena parte, si no todo, lo que puedas escuchar en español de nutricionistas
deportiv@s, está basado en el trabajo de Burke y Jeukendrup, lo digan o no, lo
sepan o no.) O sea, sé aquello de que, el día de carga, hay que meter 8g de
carbohidrato por kg de peso corporal y que, en la dieta regular, hay que meter
entre 5 y 7g y que, en carreras de 3h o más, lo suyo es meter 90g/h. Lo sé, lo
sé. Pero, ¿qué ocurre? Ocurre que (1) mi dieta, no llega a ser cetogénica, pero
es claramente Low-Carb, (2) hago ayuno intermitente y sigo el protocolo OMAD,
por el que como sólo una vez al día, y (3) no como ni bebo en entrenamientos.
Desarrollemos estos puntos.
Una dieta cetogénica es muy limitada en carbohidratos: menos
de 50g/ día. Esa cantidad tan baja de carbohidrato (que, por poco peso que
tengas, no alcanza ni 1g por kg por día) estimula la producción de cuerpos
cetónicos, que es un tipo especial de combustible para órganos y cerebro. Esto
es muy indicado en casos de epilepsia, por ejemplo, o de obesidad, por la
sensación de saciedad que aporta, pero poco interesante para deportistas de
resistencia. Yo no llego a tanto, pero no creo que llegue a superar los 2g por
kg de peso corporal y día de carbohidrato. 2g está muy por debajo de los 3-5,
que se recomiendan para personas que hacen 1h al día de deporte endurance. Sin
entrar en por qué sigo está dieta y si es o no lo más óptimo para deporte
endurance, el caso es que mi dieta es baja en carbohidrato y no sé bien (o sí)
cómo me sentaría meterme 2000kcals de carbohidrato, el día antes de la carrera.
Respecto a por qué como una vez al día y no más, es
sencillo: cuando trabajo, quiero mi sangre en el cerebro y no el estómago;
cuando entreno o hago paseo perruno, quiero la sangre en las piernas y no en el
estómago. Así pues, sólo hago una comida al día, por la tarde. Esto implica que
hago todas mis actividades diarias en ayunas. La carrera no va a ser diferente.
Por último, respecto a nutrición e hidratación en carrera,
como mis entrenos son de máximo 1h (cosa que ya señalé antes), entreno sin
comida y sin bebida. Y, si no he entrenado comer y beber en carrera, me parece
arriesgado hacer experimentos el día D. Sí llevé un soft-flask de 500ml lleno
de agua, porque era material obligatorio. Enseguida te digo con más detalle
cómo resolví este apartado en la carrera.
La carrera
La carrera saldría a las 9AM. La recogida de dorsales se
podía hacer hasta las 8:45. Me tocó levantarme a las 4:45 de la mañana para (1)
poder hacer paseo perruno habitual de 2h, (2) poder desplazarme hasta Cartes
desde Santander, y (3) llegar al punto de recogida de dorsales antes de las
8:45. Así lo hice. El despertador sonó a las 4:45, hice paseo perruno de 2h,
tomé un café solo, conduje hasta Cartes, cogí dorsal y me sobraron 15 minutos
para colgarme el dorsal, con los dichosos imperdibles, calentar un poco y beber
un poquito más. En concreto, me tomé una lata de NOCCO de 330ml, que es una bebida
con cafeína y con 3g de BCAA, en previsión de la destrucción muscular que se
vendría.
En la línea de salida me coloqué bastante retrasado en el
pelotón. Hice los primeros 2K llanos hasta la base del monte muy tranqui, en
torno a 135ppm. El problema es que eso me dejó muy mal situado cuando ya
empezamos a ascender por sendero único. No pude empezar a adelantar posiciones
hasta que llegamos a un cortafuegos ancho, que dejaba adelantar por derecha o
izquierda. No sé cuánto tiempo en meta podría haber recortado aquí, pero
-bueno- no había objetivos de tiempo ni posición, como ya expliqué.
Las pulsaciones no pasaron de zona 2 en ningún momento,
salvo las subidas, que fueron en zona 3 baja. En las bajadas no alargué mucho
zancada, para no romperme prematuramente. La riñonera con el teléfono se movió
más que las caderas de un bailarín de merengue puertorriqueño. Aparte, se me
olvidó atarme el nudo del pantalón, que entonces también se movió mucho, pues
iba algo cargado con llaves, manta térmica y silbato. Lección aprendida.
Muy interesante (por decirlo con términos “políticamente
correctos”) fue comprobar cómo respondió mi cuerpo a una actividad de 3h y
media, cuando mis tiradas largas apenas alcanzan 1h. De “caja”, es decir, desde
el punto de vista del cardio, no tuve ningún problema: podría haber seguido así
varias horas más (al fin y al cabo, fui mayoritariamente en zonas bajas de
pulsaciones).
Otra cosa fue la musculatura excéntrica. De “patas”, pese a
no extender la zancada en las bajadas, sufrí mucho. La tercera hora fue un
calvario y me ralentizó muchísimo. De nuevo, no sé cuántas posiciones y tiempo
podría haber recortado, de haber preparado adecuadamente la musculatura en
bajadas. Pero, en fin, de esto se trata: de experimentar y de aprender. El
experimento ya está hecho: ¿se puede preparar una carrera de 3h y media con
salidas de entre 40 y 60’? Sí, metabólicamente, pero no, muscularmente. Otra
lección aprendida. Esta mañana, día post-carrera, he podido trotar media hora,
pero también te digo que bajo las escaleras como Robocop…
En cuanto a la psicología, gracias a la variedad del terreno
(barro, piedras, arroyos, subir, bajar, tramos ondulados), no me dio tiempo a
aburrirme. Es una cuestión que también me intrigaba: en entrenos de 40’ yo voy
en estado de “flow”, pero ¿podría mantenerlo 3h? Ya sé que sí.
Por último, respecto a nutrición, di algunos sorbos al
soft-flask. Pero no creo haber llegado a beber ni siquiera la mitad, o sea, no
debo haber alcanzado los 250ml de agua en 3h27 de carrera. En el K14, a mitad
de carrera y en el punto más alto, por miedo, pensé que quizás sí debía comer
algo y cogí un trozo de manzana. Le di un mordisco y las sensaciones no fueron
buenas. No comí más. Eso sí, fue muy interesante que, al llegar a meta, sentí
un hambre tremendo, que no había experimentado en carreras de 2h o 2h y media.
Había yogures líquidos y no sé ni cuántos me tomé, uno tras otro. Había también
chocolate, uvas pasas y cacahuetes. Pasé también un buen rato llevando la mano
del plato al buche de estos tres alimentos. Al llegar al coche, en la bolsa del
corredor había una barrita y en la guantera tenía otra de una carrera anterior.
Me comí ambas. Me bebí también otra lata de NOCCO.
¿Resultado en meta? 3h27. Posición 85 (de 218), en la
general, 27 en mi categoría (veteranos, masculina) y justo por detrás de la
octava mujer clasificada. Ritmo promedio: 7’40 el Km. No es, en absoluto, para
tirar cohetes, pero ya expliqué que no era el objetivo.
Conclusión
Mi intención, tanto auto-entrenándome como con este podcast,
es aprender. Y ¿qué he aprendido en Epic Trail Cartes?
Lección #1. Puedes entrenar el cardio con salidas cortas,
pero frecuentes. La musculatura no; acostumbrarse a bajadas largas requiere
hacer bajadas largas.
Lección #2. Se puede hacer una carrera de 3h y media sin
comer y apenas beber. Eso sí, seguramente no es lo óptimo, aparte, yo estoy
acostumbrado a hacer actividad física e intelectual en ayunas y, aparte, fue un
día fresco de invierno, no tórrido de verano.
Lección #3. Las Evadict XT8 se portaron de maravilla en el
barro, y mira que yo soy como un pato mareado en esos terrenos. Aparte, no me
hicieron ampollas ni uñas negras. Creo que es un buen sustituto de las míticas
Supercross por la mitad de precio. (Reitero una vez más que no me patrocina
Decathlon ni el ayuntamiento de Cartes ni siquiera escuchantes Premium.)
Lección #4. La (entre comillas) “larga” distancia puede ser,
en cierto sentido, más amable que la corta, desde un punto de vista
psicológico. Me refiero a que, cuando hago speedtrail o media maratón, sé que
tengo que ir a machete, a 170 pulsaciones, desde el minuto 1 y hasta el último
metro de carrera. Eso es muuucho más estresante que salir, simplemente, a
disfrutar la carrera, sin importar nada más que quedar de una pieza y no en
posición o tiempo equis.
Lección #5. Los y las élite vuelan por el monte. Para
entender de verdad lo que hacen esos Xabel, esas Oihana, está bien compartir
recorrido. De esa manera es como puedes calibrar cabalmente los ritmos de
absoluto infarto que llevan, además, sin despeinarse (porque, calculo, estarán
corriendo otra carrera el finde que viene o el siguiente).
Corresendas, espero que hayas aprendido y disfrutado, a
partes iguales, tanto como yo al correr la carrera que fue objeto del episodio.
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Nos encontramos aquí en unos días, si no antes por el monte
(sea en carrera o en entrenos). Hala, a pisar sendas!
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